La Fuerza Aérea Colombiana (FAC) pondrá en órbita en febrero de 2023 el FACSAT-2 Chiribiquete, el segundo satélite espacial del país que se utilizará para detectar riesgos y amenazas ambientales, y cumplirá funciones de vigilancia dirigidas a la protección de la soberanía y la seguridad nacional.
El FACSAT-2 Chiribiquete, nombre que hace referencia al Parque Nacional Natural Serranía de Chibiriquete —el área protegida más grande del sistema de parques naturales colombiano—, será lanzado desde un cohete Falcon 9 a bordo de la misión Transporter 7. Se prevé que se ubicara en una órbita a 500 kilómetros de altitud, informó este viernes la revista Diálogo Américas.
En el proceso de fabricación del satélite participó un equipo de ingenieros de la FAC en calidad de codiseñador y codesarrollador de la aeroespacial GomSpace, una empresa danesa especializada en nanosatélites. El mes pasado, las Fuerzas Militares de Colombia señalaron que el dispositivo había entrado en su recta final de desarrollo, "superando fases de ensamble, integración interna y programación de 'software'".
Todo el proceso fue liderado por el Centro de Investigación en Tecnologías Aeroespaciales (CITAE) de la FAC, ubicado en la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez de la ciudad de Cali. En una entrevista para Diálogo Américas, a finales de septiembre, Juan Manuel Cárdenas, mayor de la FAC e ingeniero de 'software' de esa organización, explicó que el equipo colombiano trabajó en los sistemas para "operar, controlar y recibir los datos de telemetría del satélite".
"Adquirimos capacidades como el desarrollo del 'software' de encriptación homologable a otros tipos de tecnologías y una tarjeta interfaz para integrar la carga útil del espectrómetro", añadió.
La principal misión del FACSAT-2 será tomar imágenes del territorio colombiano y monitorear los gases de efecto invernadero para analizar la disminución de emanaciones que contribuyen al calentamiento global. Sin embargo, el procesamiento de las imágenes satelitales obtenidas también servirá para combatir la minería ilegal, vigilar los bosques y la agricultura. Asimismo, con esta información se adelantarán proyectos de seguridad y defensa de la infraestructura energética, portuaria y vial del país.
La puesta en órbita del FACSAT-2 es parte de la segunda fase del proyecto para la futura construcción de una estación temporal en la Antártida para el análisis de gases de efecto invernadero, entre otros. Esta nueva etapa incluye la colocación de una antena portátil de comunicación satelital en ese territorio. "Estamos empezando en la carrera del campo espacial, y el ya poder hablar en esos niveles es realmente increíble […]. Lo que sucede con la Antártida impacta en nuestro país", afirma la teniente coronel de la FAC, Sonia Rincón Urbina.
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