Estados Unidos no podrá suministrar a Ucrania grandes cantidades de sus sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS, por sus siglas en ingles), debido a que la producción industrial es limitada, informa The New Yorker, que cita a un funcionario del Departamento de Defensa del país norteamericano.
"Dijimos de inmediato: 'No van a conseguir muchos de estos sistemas'", afirmó la fuente, aclarando que esto no se debe a falta de confianza, sino a que "simplemente no hay una cantidad ilimitada" de HIMARS, cuyo precio asciende a unos siete millones de dólares por unidad.
Sin embargo, la semana pasada trascendió que el fabricante de HIMARS, la empresa estadounidense de defensa Lockheed Martin, está dispuesto a incrementar la producción de estos sistemas a 96 lanzadores anuales, frente a las actuales 60.
Según el medio, las fuerzas ucranianas podrían disparar mensualmente más de 5.000 GMLRS, los misiles usados por el sistema HIMARS, mientras que Lockheed Martin, produce únicamente 9.000 al año.
Desde la Administración Biden, no obstante, afirmaron que los sistemas HIMARS están perdiendo su utilidad contra el Ejército ruso, que "ha tenido que ajustar sus tácticas y maniobras", trasladando los puestos de mando y los depósitos de municiones fuera del alcance de estos lanzacohetes.
A finales de septiembre, el Pentágono anunció la asignación de un paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 1.100 millones de dólares que incluye 18 HIMARS. Hasta entonces, las fuerzas ucranianas ya contaban con 16 de esos sistemas, por lo que, con el nuevo envío, sus existencias se incrementan a más del doble.