Embajador ruso en EE.UU.: "Occidente arriesga la vida de sus ciudadanos con tal de difamar a Rusia"
Los países occidentales están dispuestos a pagar un precio extremadamente alto en su apoyo a Ucrania, al punto de pasar por alto la amenaza de que Kiev podría usar una bomba sucia en el conflicto con Rusia, afirmó el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antónov.
En declaraciones exclusivas a Newsweek, el diplomático advirtió que "el uso de una bomba sucia estaría lejos de ser un acto de sabotaje amateur", ya que la explosión de un dispositivo radiológico como ese "dispersaría sustancias radiactivas en un área de hasta varios miles de metros cuadrados", convirtiendo los territorios contaminados en "una zona de exclusión por 30-50 años".
Antónov citó informes que están en manos del Ministerio de Defensa ruso e indican que la creación de esa bomba sucia fue ordenada a dos organizaciones ucranianas, y que el trabajo se encuentra en su etapa final. El objetivo de esa misión, dijo, es "acusar a Rusia por el uso de un arma de destrucción masiva y lanzar una campaña de información antirrusa sin precedentes".
Asimismo, subrayó que Kiev cuenta con la base productiva y el potencial científico y técnico necesarios para producir un arma de esa naturaleza, basamento que incluye tres centrales nucleares en funcionamiento, con nueve piscinas de combustible gastado que contienen cerca de 1.500 toneladas de óxido de uranio enriquecido al 1,5 %. Así, en la célebre central nuclear de Chernóbil se almacenan todavía 22.000 conjuntos de combustible gastado que contienen uranio-238, así como reservas de uranio-235 y plutonio-239, que son los principales componentes de una carga nuclear.
"Comparable a las catástrofes de Chernóbil y Fukushima"
Antónov sugirió que podría haber incluso un "escenario aún más peligroso", elaborado por Kiev, para llevar a cabo una provocación en las centrales nucleares situadas en el territorio controlado por Ucrania, o crear una situación de emergencia como consecuencia de bombardeos de las tropas ucranianas contra la central nuclear de Zaporozhie.
"Esto podría provocar un accidente comparable a las catástrofes de Chernóbil y Fukushima, de las cuales el mundo aún no se ha recuperado", resaltó.
"En lugar de presionar a sus tutelados ucranianos, que han perdido completamente la cabeza, Washington y sus aliados les proporcionan ayuda financiera y militar, convirtiéndose de hecho en patrocinadores y cómplices del terrorismo nuclear", dijo Antónov.
"Completa atrofia del pensamiento crítico"
El embajador señaló que los países occidentales, "en su histeria rusófoba, siguen la fórmula de que cualquier medio es bueno, incluso el más absolutamente insano e inhumano, cuando se utiliza contra nuestro país".
Antónov recordó que Moscú "ha afirmado en repetidas ocasiones que no ha pretendido nunca ni va a utilizar armas nucleares en Ucrania" y que "en ninguna circunstancia, ninguno de nuestros líderes políticos o representantes militares ha mencionado la posibilidad de recurrir a armas de destrucción masiva".
"En su maníaco deseo de difamar a Rusia y blanquear a Ucrania, los países occidentales están dispuestos a arriesgar la seguridad, el bienestar e incluso la vida de sus propios ciudadanos", dijo Antónov, al calificar esa actitud como una "completa atrofia del pensamiento crítico" por parte de Occidente.
Por lo tanto, dijo, Moscú se ve obligada a dirigirse a la opinión pública, medios y expertos independientes, por ser "la última oportunidad para abrir los ojos de todo el mundo a lo que realmente está sucediendo y arrojar luz sobre el peligro de las aventuras occidentales, que conducen a consecuencias irreversibles y a la muerte masiva de civiles inocentes".
"Instamos al público estadounidense a reflexionar sobre esta cuestión: ¿acaso este precio no es demasiado alto para ajustar cuentas políticas con nosotros?", preguntó.
- Las declaraciones del alto diplomático se producen después que el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kiríllov, informara sobre los planes de Kiev para usar una bomba sucia y culpar luego a Moscú.
- El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró el lunes que su país ya ha dado "los pasos necesarios" para abordar el asunto en las organizaciones internacionales, tras las conversaciones telefónicas que el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, mantuvo el domingo con sus homólogos de Francia, Reino Unido, Turquía y EE.UU.
- Vasili Nebenzia, representante permanente de Rusia ante la ONU, llamó el lunes en una carta al secretario general António Guterres a ejercer su influencia sobre las autoridades de Kiev para que se abstengan de propiciar lo que Moscú consideraría como terrorismo nuclear.
Kiev rechaza las acusaciones
Por su parte, el presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, desmintió categóricamente las acusaciones de Moscú sobre la bomba sucia y tachó de "carrusel de teléfonos" las conversaciones que mantuvo Shoigú. "Sólo hay un sujeto que puede usar armas nucleares en esta parte de Europa, y ese sujeto es el que ordenó al camarada Shoigú llamar a alguna parte", afirmó el mandatario.
Mientras, los Gobiernos de Francia, Reino Unido y EE.UU. emitieron un comunicado conjunto en el que rechazan las advertencias de Shoigú sobre los supuestos planes de Kiev de usar una bomba sucia en su propio territorio, calificándolas de "acusaciones transparentemente falsas". "El mundo vería cualquier intento de usar ese alegato como un pretexto para la escalada", reza el texto.
¿Qué es una bomba sucia?
Las bombas sucias son un tipo de arma que combina explosivos convencionales y sustancias radiactivas. Aunque no pueden generar una explosión nuclear, sí provocan la dispersión de sustancias radioactivas en la zona afectada.
Citando fuentes fidedignas de varios países, incluida Ucrania, la agencia RIA Novosti asegura que bajo la dirección de supervisores occidentales se iniciaron trabajos para la producción de dichos artefactos, labores que ya se encuentran en su fase final y estarían a cargo del Instituto de Investigación Nuclear de Kiev y de una planta de enriquecimiento de uranio en la ciudad de Zhióltye Vody, en la región de Dnepropetrovsk.
Según la información suministrada por ese medio, el propósito de Ucrania sería que se culpe a Rusia por el uso de armas de destrucción masiva en el marco de su operación especial en ese territorio. Esa situación socavaría aún más la confianza en Moscú y agudizaría la campaña antirrusa desde Occidente, donde incluso plantean la posibilidad de privar a Rusia del estatus de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.