Lejos de quedar en entredicho, la inteligencia de los gatos resultó demostrada una vez más en un pequeño estudio que documentó, a ciencia cierta, que son capaces de reconocer cuando su dueño se dirige específicamente a ellos y no a otras personas.
Resulta que los felinos saben determinar muy bien cuando sus humanos les dirigen palabras de cariño, y no aceptan sustitutos en forma de desconocidos. La investigación, publicada este martes en la revista Animal Cognition, concluyó que a la hora de escuchar a sus dueños cuando hablan, los gatos distinguen la voz dirigida a ellos de aquellas que entrecruzan los humanos adultos.
Sin embargo, la situación cambia cuando los gatos escuchan frases pronunciadas por desconocidos. En ese caso, no parecen discernir entre lo que va dirigido específicamente a ellos o a las personas.
En el estudio participaron 16 'compañeros de vida' felinos, y 10 de ellos no mostraron ninguna respuesta a la voz de los desconocidos, pero sí se animaron de alguna manera cuando se reprodujo la voz de sus dueños con frases dirigidas a ellos.
En el marco del experimento, escuchaban tres veces las grabaciones de voz de un extraño diciendo frases conocidas, como "¿Quieres una chuchería?" o "Hasta luego". El cuarto audio ya era con la voz de su dueño, repitiendo la misma frase, y en el quinto audio volvía a ser un desconocido.
Durante la segunda parte del experimento, los felinos escucharon grabaciones con la voz de sus dueños pronunciando tres veces una frase dirigida a otras personas, y la cuarta vez ya dirigiéndose a las mascotas. La quinta vez, la frase volvía a estar dirigida a personas. La parte final del estudio seguía el mismo patrón, pero las frases eran pronunciadas por un desconocido.
Las señales que permitieron reconocer que los gatos distinguían a sus dueños al hablar con ellos incluyeron la dilatación de las pupilas, la vocalización y los movimientos de la cabeza, las orejas o la cola. La mitad de los participantes también pareció reaccionar cuando sus dueños se dirigían a ellos en la segunda parte del experimento, un indicio de que sabían que eran los destinatarios del mensaje.
Entretanto, en la última serie de grabaciones los gatos no reaccionaron en absoluto a la voz de los extraños, independientemente de si las frases estaban dirigidas a ellos o a los humanos.
"Nuestros resultados destacan la importancia de las relaciones 'tête-à-tête' para los gatos, lo que refuerza la literatura reciente sobre la capacidad de los gatos y los humanos de formar vínculos fuertes", señalaron los autores de la investigación.
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