EE.UU. está exportando cantidades récord de petróleo y asumiendo un papel cada vez más importante como proveedor mundial en medio de la crisis energética global, incluso en un momento cuando aumentan las tensiones internas por los precios de los combustibles, informa el diario Financial Times.
Uno de los factores que provocaron la crisis energética global fueron las sanciones impuestas por Occidente contra Rusia –uno de los principales productores de crudo– en represalia por su operación militar especial en Ucrania. La semana pasada, las exportaciones combinadas estadounidenses de petróleo y derivados alcanzaron los 11,4 millones de barriles diarios, la cifra más alta jamás registrada, señala el periódico citando datos de la Administración de Información de Energía de EE.UU.
En comparación con una semana antes, los envíos aumentaron en casi 2 millones de barriles por día. Este incremento se produjo pese al llamado del Gobierno estadounidense a las petroleras para que recorten las exportaciones y acumulen reservas nacionales, para así poder satisfacer la demanda interna y lidiar con el aumento de los precios del combustible a medida que se acercan las elecciones de mitad de mandato.
¿Restringirá EE.UU. las exportaciones?
La Administración de Joe Biden no ha descartado la imposición de restricciones a las exportaciones con el fin de "asegurar los suministros internos", más aún después de que la OPEP+ decidiera recortar la producción de crudo. Sin embargo, esas limitaciones podrían perjudicar a los países que dependen de los suministros estadounidenses. Además, las petroleras han advertido que cualquier prohibición puede provocar el incremento de los precios de los combustibles en el mercado interno.
La influencia de EE.UU. en el mercado petrolero mundial ha crecido aún más tras el embargo impuesto al petróleo ruso. El país norteamericano sigue siendo un importante importador, con un promedio de 6,2 millones de barriles diarios de crudo, provenientes principalmente de Canadá y Arabia Saudita. Parte de ese volumen posteriormente se vende a otras naciones después de refinarse.
Además, Biden pretende seguir liberando más petróleo de las reservas estratégicas nacionales, lo que, combinado con el aumento de las exportaciones, han llevado los inventarios a alrededor de 1.600 millones de barriles, su nivel más bajo desde 2005, lo que genera preocupaciones sobre la preparación del país en caso de interrupciones masivas de suministro.