El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha explicado las similitudes y diferencias entre la crisis de los misiles de Cuba, que tuvo lugar en octubre de 1962, y la situación actual en torno a Ucrania.
En una entrevista para el documental 'Un mundo al borde del abismo. Lecciones de la crisis del Caribe', que se estrenó este domingo en la televisión rusa, el canciller afirmó que tanto entonces como ahora existen "amenazas directas a la seguridad de Rusia justo en sus fronteras".
Aparte de "una campaña militar para bombear" a Ucrania "con todo tipo de armamento", "se habla seriamente de reforzar las capacidades nucleares de la OTAN", explicó, precisando que además de los cinco países que almacenan armas nucleares de EE.UU. en su territorio (Italia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Turquía), Polonia se quiere unir a ese programa de reparto nuclear. "Esta situación es muy preocupante", puntualizó.
Según el canciller, actualmente estas "amenazas" se encuentran "más cerca" de la situación de los misiles estadounidenses Júpiter desplegados en Turquía e Italia a finales de la década de 1950, que contribuyeron a la decisión soviética de colocar los suyos en Cuba.
Moscú "nunca se ha negado y nunca se va a negar a dialogar"
En cuanto a las diferencias, Lavrov indicó que durante la grave crisis de 1962 el presidente estadounidense John F. Kennedy y el líder soviético Nikita Jruschov "encontraron la fuerza para mostrar responsabilidad y sabiduría", llegando a un acuerdo para retirar los misiles soviéticos de Cuba a cambio de quitar los estadounidenses de Turquía. No obstante, "ahora no vemos tal voluntad" por parte de Washington y sus aliados, lamentó, señalando que los últimos diálogos de paz de marzo en Estambul "fueron estropeados por orden directa" del país norteamericano.
Moscú, por su parte, "nunca se ha negado y nunca se va a negar a dialogar" y "siempre está dispuesto a escuchar a sus colegas occidentales", aseguró el jefe de la diplomacia rusa.
"Si se nos plantean propuestas realistas, basadas en los principios de igualdad y respeto mutuo de intereses, destinadas a encontrar compromisos y equilibrar los intereses de todos los países de esta región, nosotros actuaremos", aseveró.
Sin embargo, advirtió: "Entre más aplacen las conversaciones, más difícil les resultará negociar con nosotros". Recordó que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la ceremonia de la firma de acuerdos sobre la incorporación de nuevos territorios en septiembre volvió a llamar a Kiev a sentarse a la mesa de negociaciones, no obstante, "Occidente lo pasó por alto".
En cambio, tanto Washington como la OTAN y la Unión Europea (UE) "continúan hablando de la necesidad de derrotar a Rusia en el campo de batalla". Según el canciller ruso, detrás de ello "está la absoluta incapacidad de EE.UU. para renunciar a su deseo de gobernar a todos y a todo". Washington busca "desindustrializar" y "debilitar militarmente" al continente europeo, para obligar a bombear armas a Ucrania a cambio de llenar los depósitos de armas de los países de la UE con suministros estadounidenses", indicó.
"Hay una combinación de cálculos económicos, puramente egoístas y complejos de superioridad ideológicos", recalcó.
Paralelamente, Lavrov se refirió a los políticos occidentales que "intentan jugar con el tema de las armas nucleares de forma bastante irresponsable". Según el diplomático ruso, esto se debe a que "no tienen memoria" de la Segunda Guerra Mundial.
"Un número importante de nuestros ciudadanos proviene de familias que de una u otra forma participaron en la Gran Guerra Patria, sufrieron, perdieron a sus seres queridos", dijo, agregando que este recuerdo "nos distingue de los que empiezan a tratar el tema de las armas nucleares a la ligera".