El embajador haitiano en Estados Unidos, Bocchit Edmond, ha instado a la comunidad internacional a acelerar las conversaciones sobre el despliegue de una fuerza extranjera en su país ante la amenaza de que caiga en manos de pandillas armadas.
"Es importante ver cómo podemos avanzar rápido y asegurarnos de eliminar a esas bandas armadas, porque si no lo haremos con urgencia, es cuestión de tiempo que se apoderen de todo el país. No va a ser en interés de todos nuestros vecinos más cercanos si permitimos que ocurra algo así", dijo Edmond a The Guardian.
Washington todavía no ha sido capaz de persuadir a ningún aliado para que participe en una eventual intervención militar internacional en Haití, medida que propuso a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. Varios países han exigido que se elabore un plan concreto por escrito antes de votar la resolución.
El clima político y social en la nación caribeña ha sufrido un grave deterioro desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. Las condiciones se han vuelto especialmente difíciles en los últimos meses, ya que cientos de bandas criminales tomaron el control de la capital, Puerto Príncipe, y bloquearon las terminales de combustible del país.
Se denuncian decenas de secuestros, violaciones y saqueos diarios relacionados principalmente con las bandas armadas que operan en el área metropolitana.
Debido a la grave escasez de alimentos y de agua, la economía nacional se paralizó y los hospitales se vieron obligados a cerrar en medio de un rebrote de cólera.
Estas turbulencias llevaron a un fuerte incremento de los precios y al recrudecimiento de la violencia en las calles. La situación provocó semanas de masivas protestas de ciudadanos que exigen la renuncia inmediata del primer ministro Ariel Henry.
Al menos 96.000 personas se vieron forzadas a dejar sus hogares en Puerto Príncipe, empujadas por la violencia provocada por las bandas armadas, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).