El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, mantuvo una conversación telefónica con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en la que subrayó la necesidad de mantener abiertos los canales de comunicación y gestionar "de forma responsable" la relación entre Washington y Pekín, según informó el domingo pasado el Departamento de Estado.
También planteó el conflicto entre Rusia y Ucrania y la "amenaza que supone para la seguridad mundial y la estabilidad económica". Asimismo, señaló el "deterioro" de la situación humanitaria y de seguridad en Haití y la necesidad de continuar la acción coordinada en apoyo del pueblo haitiano.
Según una lectura de la llamada publicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi hizo hincapié en que todas las partes del conflicto ucraniano "deben actuar con moderación, tomar una decisión calmada e intensificar los esfuerzos diplomáticos para evitar que la situación siga escalando o incluso se salga de control".
"Mientras haya un atisbo de esperanza, no se puede cerrar la puerta a las negociaciones; mientras haya un uno por ciento de posibilidades, hay que esforzarse al cien por cien por la paz", decía el comunicado.
El secretario de Asuntos Exteriores chino también señaló que "volver a poner las relaciones chino-estadounidenses en la senda del desarrollo estable" conviene a los intereses de ambos países y de la comunidad internacional.
Sin embargo, el ministro instó a Washington a "poner fin a sus esfuerzos por contener y reprimir a China, y no crear nuevos obstáculos a la relación entre ambos países", destacando las nuevas medidas de control de las exportaciones impuestas por Washington a Pekín, que "violan gravemente las normas de libre comercio y perjudican seriamente los derechos e intereses legítimos de China".