A largo plazo, el precio de la energía solar será 10 veces menor al de la generada por gas, según un reciente estudio del centro analítico Rystad Energy, con sede en Noruega.
Debido a la crisis energética causada por la caída de los suministros del gas ruso a Europa, el precio promedio del hidrocarburo en el 'hub' gasístico neerlandés TTF aumentó en 2022 en un 187 % comparado con el año pasado. Pese a esta circunstancia, la generación de electricidad en base al gas natural creció en un 4 %, en gran medida debido al descenso de la producción de la energía nuclear e hidroeléctrica. No obstante, los autores del estudio estiman que en 2023 el consumo de gas se reducirá por el creciente uso de las fuentes de energía renovables, así como de la energía hidroeléctrica y atómica.
Además, pronostican que para el 2044 el porcentaje de generación de la energía solar en la Unión Europea crecerá desde el 6 % actual hasta un 26 % y el de la energía eólica, de un 16 % al 51 %. Mientras tanto, el uso del gas en la producción de electricidad disminuirá de un 19 % a un 3 %, vaticinan.
El estudio calcula que si la UE invierte en energías renovables en vez de en gas natural, el bloque podría desarrollar para 2025 nuevas capacidades de más de 100 gigavatios. En ese caso, los volúmenes de generación del gas y de las fuentes renovables se equipararían para 2028, mientras que la tendencia de uso de energías renovables seguiría en aumento.
"Los tomadores de decisiones europeos necesitan elegir entre seguir usando gas más caro y menos seguro o invertir en [fuentes] renovables más baratas", resumió Carlos Torres Díaz, responsable de energía en Rystad Energy.
"El gas seguirá desempeñando un papel importante en la combinación energética en el tiempo venidero, pero a menos que ocurra algún cambio fundamental, la simple economía, así como las preocupaciones climáticas, inclinarán la balanza a favor de las renovables", concluyó.