En la ciudad ucraniana de Odesa unos vándalos volvieron a profanar un monumento dedicado a la emperatriz rusa Catalina II (1729-1796) y a otros fundadores de la ciudad. Esta vez, los desconocidos cubrieron la cabeza de la estatua de la emperatriz con una capucha de verdugo y le colocaron en la mano una cuerda anudada a modo de horca, además de arrojar pintura roja al pedestal del monumento.
El Monumento a los Fundadores de Odesa (como se llama oficialmente) fue erigido en 1900 y consta de una columna sobre la que se levanta la estatua de Catalina II y rodeada por estatuas de otros cuatro padres de la ciudad: José de Ribas, Franz de Volán, Platón Zubov y Grigori Potemkin.
Tras el inicio del conflicto militar entre Rusia y Ucrania, activistas y nacionalistas ucranianos exigen que el monumento sea derribado o sustituido.
El monumento ha sido vandalizado en varias ocasiones, y en junio en el sitio web presidencial se creó una petición para derribarla. En agosto el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, agradeció a los firmantes de la petición por "su activa postura civil sobre la protección los intereses nacionales" y propuso a las autoridades de la ciudad considerar el destino del monumento.
La ciudad de Odesa fue fundada por decisión de la emperatriz rusa en 1794.
En los últimos meses, en Ucrania se intensificó la demolición de monumentos, el cambio de nombres de calles y la destrucción de herencia relacionada con la historia y la cultura rusa y soviética.