La COP27: ¿más promesas o acciones reales?
Representantes de casi 200 países se han reunido en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022, la COP27, que inició este domingo en Sharm el Sheij, Egipto, con el objetivo de garantizar la plena implementación del Acuerdo de París para evitar que la temperatura aumente 1,5 grados centígrados hacia fines de siglo.
A pesar de que este año la agenda incorpora por primera vez "acuerdos de financiación que respondan a pérdidas y daños" para los Estados más vulnerables, afectados por desastres relacionados con el cambio climático, la mesa trae menos promesas nuevas.
Cumplir las promesas
La cumbre COP27 se realiza a un año de desastres, que incluye desde inundaciones devastadoras en las que murieron más de 1.700 personas en Pakistán, hasta olas de calor y sequías en China, África y el oeste de EE.UU., que son muestra inequívoca de la emergencia climática que atraviesa nuestro planeta.
Esta vez, la cumbre se centrará en el cumplimiento de las promesas hechas durante la anterior edición del evento, por lo que no se esperan nuevos compromisos significativos. "No siempre se trata de anuncios", dijo Linh Do, experta en liderazgo climático de la Universidad de Melbourne (Australia), agregando que "también tiene que ser sobre el trabajo que se realiza y sobre los detalles de la política".
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, resaltó la necesidad de "responder a la señal de socorro del planeta con acción: una acción climática ambiciosa y creíble", enfatizando que la COP27 es el lugar y momento para hacerlo. "El último informe sobre el estado del clima global es una crónica del caos climático", sostuvo.
Un segundo plano
Sin embargo, Do advirtió que la discusión más amplia sobre el cambio climático ha pasado a un segundo plano, ya que, las crisis globales, el conflicto armado en Europa, la crisis energética y las crecientes tensiones entre China y EE.UU., dejan a la crisis climática como una preocupación menos urgente para algunos líderes.
Asimismo, Studio Bark, un estudio de arquitectura medioambiental inspiradora, en un comunicado lamentó que las negociaciones oficiales de la COP26 hayan sido "amargamente decepcionantes", ya que "la crisis climática no responde a objetivos ni promesas", por lo que son necesarios "planes viables para cambiar nuestra crisis global y garantizar algún tipo de futuro habitable" recoge el medio Dezeen.
Desde la COP26 en Glasgow (Escocia), solo 29 de 194 países presentaron planes nacionales más estrictos, según un comunicado publicado por la secretaria del Cambio Climático de la ONU, además, los avances en materia de financiación y adaptación no han sido suficientes.
Falta de "voluntad económica"
Para responder a las crecientes necesidades climáticas, en la agenda de la Conferencia se incluyó por primera vez un acuerdo para debatir compensaciones a las naciones pobres por los crecientes daños relacionados con el calentamiento global.
Los países vulnerables demandan un fondo especial por 'pérdidas y daños', argumentando que los países más vulnerables al cambio climático son los menos responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero que han causado el problema. En este sentido, los países ricos que causaron la mayor parte del cambio climático con sus emisiones históricas ahora deberían pagar.
"No queremos estar aquí, exigiendo financiamiento para nuestra respuesta a pérdidas y daños. No queremos que nos traten como si nos estuvieran haciendo un favor agregando un tema en la agenda o creando un fondo voluntario", dijo Conrod Hunte, negociador principal para el cambio climático de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por sus siglas en inglés), un grupo de 39 pequeñas islas y naciones costeras bajas en desarrollo, en su mayoría del Caribe y Pacífico sur.
"AOSIS está aquí para acordar el establecimiento de un nuevo Fondo de Respuesta a Pérdidas y Daños en la COP27 que esté operativo para 2024. Estamos aquí para poder regresar a nuestros propios hogares y no convertirnos en personas desplazadas por el clima en los suyos", agregó.
En este sentido, Kabage Karanja, cofundador de Cave Bureau, oficina de arquitectos e investigadores que exploran la arquitectura y el urbanismo en la naturaleza, apunta una falta de "voluntad económica" de los países más ricos y los mayores contaminadores, "no solo para reducir las emisiones y abordar los impactos del cambio climático que afectan negativamente a las naciones del Sur global", sino también para "comprometerse financieramente a asumir los costos necesarios para recuperarse de estos efectos adversos".
"El cambio climático llegó para quedarse"
Asimismo, Marisa Drew, directora de sostenibilidad de Standard Chartered Bank, señaló que "el mundo se ha galvanizado en gran medida en torno al concepto de mitigación, que es reducir las emisiones de carbono", sin embargo, destacó que tenemos que "lidiar con la realidad de que el cambio climático llegó para quedarse", por lo que es necesario una financiación para afrontar esa realidad.
Por su parte, la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, señaló que los países ricos por sí solos "no serán suficientes para cerrar" la brecha de financiamiento para el cambio climático, sugiriendo que es necesario más inversiones privadas para ayudar a los países en desarrollo a cumplir sus objetivos, recoge el medio CNBC.
Según un informe de la ONU, los países vulnerables y en desarrollo necesitarán entre 160.000 millones de dólares y 340.000 millones para el final de la década para hacer cambios relacionados con el clima, y hasta 565.000 millones de dólares para 2050.
El ambientalista y ecologista Dimitri Defranc Cevallos opina que la ideología capitalista del consumismo, que considera que los recursos del planeta no tienen fin, ha provocado el cambio climático y ha llevado al colapso de la naturaleza.