Estados Unidos ha instado a Australia a no firmar el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares que busca eliminar esta clase de armamento por completo, alegando que el acuerdo aumentaría las "divisiones" entre las potencias mundiales y no disiparía las "amenazas de seguridad que prevalecen en el mundo".
En declaraciones al periódico The Guardian, la Embajada de EE.UU. en Canberra explicó el martes que la adhesión de Australia al pacto, que cuenta ya con 68 ratificaciones, "no permitiría relaciones de disuasión extendidas de EE.UU.", refiriéndose al "paraguas nuclear" que supone proteger otros países con el enorme arsenal atómico de la nación norteamericana.
"Si bien EE.UU. comprende y comparte las ganas de promover los objetivos de desarme nuclear, no apoyamos el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares", señaló un portavoz de la sede diplomática al diario. En este sentido, agregó que Washington "no cree que un progreso hacia el desarme nuclear pueda lograrse" a raíz de las amenazas a la seguridad que el mundo afronta en la actualidad.
Esta reacción ocurrió después de que el Gobierno australiano anunciara en la ONU un cambio de actitud respecto al mencionado documento y el representante de Canberra optara por abstenerse en la votación sobre la prohibición después de que las administraciones anteriores habían votado sistemáticamente en contra.
El tratado entró en vigor el 22 de enero de 2021, tras la ratificación del 50.º Estado (Honduras), pero ninguna de las potencias nucleares forma parte del mismo.
A diferencia del Tratado de No Proliferación de 1968, que contiene solo algunas restricciones parciales, el nuevo documento pretende crear una prohibición legalmente vinculante del uso de energía nuclear con fines bélicos e incluso para disuadir una posible agresión de otros países.
Australia y EE.UU. son aliados en el acuerdo trilateral AUKUS, junto con el Reino Unido, que prevé que Washington ayude a Canberra con las tecnologías necesarias para dotarse de submarinos de propulsión nuclear.