Las Fuerzas Armadas de Brasil reafirmaron su compromiso "irrestricto e inquebrantable" con el pueblo, la democracia y la armonía política y social del país, en respuesta a las protestas de seguidores del presidente Jair Bolsonaro, que piden un golpe militar tras la victoria electoral de Luiz Inácio Lula da Silva.
"Son condenables tanto eventuales restricciones de los derechos por parte de los agentes públicos, como posibles excesos cometidos en manifestaciones que puedan restringir los derechos individuales y colectivos, o poner en riesgo la seguridad pública", se lee en un comunicado firmado por los comandantes de cada una de las tres fuerzas.
Asimismo, se condena "cualquier acción de individuos o entidades públicas o privadas, que alimenten la desarmonía en la sociedad".
Aunque han perdido fuelle, las protestas, que comenzaron tras los resultados de las elecciones, continúan de manera puntual en las calles. El pasado 2 de diciembre, tres días después de los comicios, miles de personas se manifestaron ante los cuarteles militares, en las varias ciudades, para exigir una intervención del Ejército.
"Orden y progreso"
"Las Fuerzas Armadas se mantienen vigilantes, atentas y enfocadas en su rol constitucional de garantizar nuestra soberanía, orden y progreso, siempre en defensa de nuestro pueblo", añade el texto.
El presidente electo comentó esta semana que las personas que se encuentran todavía frente a los cuarteles no aceptan el resultado electoral, "por todas las mentiras contadas sobre las urnas" por el actual mandatario.
Durante más de un año, Bolsonaro llevó una insistente campaña de descrédito, sin pruebas, del sistema de voto electrónico, y dejó entrever que podría haber fraude en las elecciones, un discurso que caló hondamente entre sus partidarios.
El Ministerio de Defensa de Brasil entregó el miércoles un informe al Tribunal Superior Electoral (TSE), realizado por las Fuerzas Armadas, y que indica que no hubo fraude en los comicios.
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