Comienza la cumbre entre Biden y Xi en el G20
El presidente de EE.UU., Joe Biden y su homólogo chino, Xi Jinping, mantienen este lunes su primer encuentro cara a cara, que se produce antes de la celebración de la cumbre del G20 en la isla indonesia de Bali.
Durante su reunión, los mandatarios tienen previsto abordar varios temas geopolíticos, entre los que encabezan la agenda las tensiones alrededor de Taiwán, el conflicto en Ucrania y las preocupaciones por los ensayos atómicos de Corea del Norte, informa Reuters.
El esperado diálogo entre Biden y Xi tiene lugar en un momento en que las relaciones bilaterales entre las dos superpotencias han llegado a su nivel más crítico en décadas. Pekín, cansado de lo que considera el uso del arma de las políticas económicas por parte Washington, ha tratado de expandir sus vínculos con Europa y África.
Además, el Gobierno de Xi opina que la postura de la Administración Biden hacia Taiwán podría socavar la soberanía y la integridad territorial de China, al mismo tiempo que no descarta que Washington pretenda sofocar la creciente influencia de Pekín, que podría ayudar a China a eclipsar a Estados Unidos como la mayor economía mundial.
Por su parte, el líder estadounidense aseguró este domingo que llega "fuerte" a su primera reunión en persona con el presidente chino desde que asumió la presidencia de EE.UU. De acuerdo a sus palabras, "solo tenemos que averiguar dónde están las líneas rojas y cuáles son las cosas más importantes para cada uno de nosotros, de cara a los próximos dos años".
Mientras tanto, un alto funcionario estadounidense, citado por AFP, reportó que el objetivo general de las conversaciones consiste en reabrir la comunicación entre ambas naciones, así como establecer "guardarraíles" y "reglas de tránsito claras" para evitar una confrontación. "Hacemos todo eso para garantizar que la competencia no se convierta en conflicto", aseguró la fuente.
Sin embargo, la Casa Blanca informó que hay pocas probabilidades de que el encuentro de este lunes, que podría durar horas, produzca resultados concretos, al igual que no se espera que los mandatarios emitan una declaración conjunta tras su finalización. Aun así, Biden y Xi podrían suavizar los crecientes desacuerdos, que van desde las cuestiones de Hong Kong y Taiwán hasta el disputado mar de China Meridional, así como sobre prácticas comerciales y las restricciones de Washington a la tecnología china.
La experta en China en la Universidad Stanford, Oriana Skylar Mastro, expresó que con esta reunión "la Administración de Biden intentará matar dos pájaros de un tiro, conseguir el apoyo chino en temas como controlar a Corea del Norte y el cambio climático, para crear alguna base para la cooperación entre China y Estados Unidos".
A su vez, los analistas chinos señalan que, debido a que el diálogo entre Pekín y Washington se produce luego de que los demócratas lograran retener el control del Senado de EE.UU., pero aún no de la Cámara de Representants, es posible que los compromisos que ha hecho la Administración Biden se vean amenazados en al menos dos temas: el conflicto en Ucrania y el cambio climático.
"Cuando el sistema de alianzas de EE.UU. está en problemas, es poco probable que Biden adopte una posición más fuerte sobre China, por lo que la política futura hacia China seguirá en gran medida el 'statu quo' actual", afirmó el domingo Jin Canrong, decano asociado de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin de China.
Según los observadores, Washington podría llegar a pedirle a China que le brinde más apoyo y cooperación en los asuntos de Ucrania, la península Corea, los problemas nucleares con Irán y el cambio climático.
Poco antes de la reunión, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, hablando sobre las expectativas del encuentro, expresó que Pekín espera que la cita "vuelva a encarrilar" las relaciones entre sus países.
"Esperamos que EE.UU. trabaje junto con China, controle adecuadamente las diferencias, promueva la cooperación en beneficio mutuo y evite malentendidos y juicios erróneos para hacer que las relaciones entre EE.UU. y China vuelvan a encarrilarse hacia un desarrollo saludable y estable", dijo Mao.
Según la vocera, Pekín se esfuerza por mantener "el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación de beneficio mutuo" con Washington.