Un grupo de expresidentes, políticos e intelectuales suramericanos enviaron una carta al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, para que abogue por la reconstrucción "urgente y necesaria" de una nueva Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El texto, publicado por el canal estatal VTV, está firmado por siete expresidentes: la chilena Michelle Bachelet, Chile; el ecuatoriano Rafael Correa; el argentino Eduardo Duhalde; el chileno Ricardo Lagos; el uruguayo José Mujica; la brasileña Dilma Rouseff y el colombiano Ernesto Samper, quienes junto a más de 50 firmantes, instan a Maduro a impulsar "un espacio eficaz de concertación suramericana", que permita atender el "nuevo impulso transformador" de la región tras los cambios políticos en Chile, Colombia y Brasil.
"Las potencialidades de América del Sur solo podrán concretarse en la medida en que los países que la componen generen un espacio que les permita concertarse, identificar proyectos en común y desplegar iniciativas conjuntas", señalan los expertos, que recuerdan cómo la plataforma de encuentro fue "bien visualizada en su momento" con la conformación de Unasur, a través del Tratado Constitutivo de Brasilia en 2008, vigente desde 2011.
"No se trata, sin embargo, de una reconstitución puramente nostálgica de un pasado que ya no existe. Una Nueva Unasur debe hacerse cargo autocríticamente de las deficiencias del proceso anterior", agrega la carta suscrita también por los excancilleres Celso Amorin y Aloizio Nunez, de Brasil; Jorge Lara, de Paraguay; Guillaume Long, de Ecuador; Belela Herrera y Rodolfo Nin, de Uruguay; José Miguel Insulza y Heraldo Muñoz, de Chile; y Felipé Solá, Jorge Taiana y Rafael Bielsa, de Argentina.
Los firmantes aseveran que la institucionalidad de Unasur sigue vigente y que el retiro de siete países, ejecutado por gobiernos de derecha en años anteriores, se realizó de manera irregular.
"En síntesis, Unasur todavía existe y es la mejor plataforma para reconstituir un espacio de integración en América del Sur", reza la misiva. Para los firmantes, el intento de sustituir el bloque por el llamado Foro para El Progreso de América del Sur (Prosur) en 2019, "no pasó de ser un emprendimiento improvisado y precario, con nulas capacidades operativas", y es en la actualidad "un conjunto vacío" y "una institución fantasma".
¿Qué sugieren para la "nueva" Unasur?
Los firmantes estiman que la "nueva" Unasur debe tomar en cuenta varios puntos transversales, "para enfrentar "las cuatro mayores amenazas que acechan a la región: cambio climático, pandemias, desigualdades sociales y regresión autoritaria".
El primer punto aconseja "garantizar el pluralismo y su proyección, más allá de las afinidades ideológicas y políticas de los gobiernos de turno". Con esto, instan a que Unasur pueda emular el funcionamiento de otros bloques como la Unión Europea y la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN).
El segundo punto pide "sustituir la regla del consenso", que consideran que ha resultado perjudicial por el "abuso del veto" de los países en la toma de decisiones del organismo, un elemento que habría sumado a la paralización de la Unasur. Los expertos plantean introducir "quórums diversos" para que decidan por temas a tratar.
Un tercer punto propone "incorporar nuevos actores" para complementar "el esfuerzo de los gobiernos y de los parlamentos", como son las universidades, institutos tecnológicos, centros culturales, representaciones sindicales y empresas de todo tipo.
El cuarto punto insta a "privilegiar" una agenda de temas factibles.
Prioridades
El grupo aconseja abordar varios temas esenciales en áreas como salud, migración, cambio climático, obras públicas, energía, finanzas, comercio, educación, trabajo, seguridad, y tecnología.
También insisten en la necesidad de generar acuerdos que faciliten la "migración ordenada"; crear un programa para atender el cambio climático con base en los Acuerdos de París; realizar obras de conectividad vial, ferroviaria y energética; recuperar el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y potenciar el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Además, consideran que se deben generar medidas para favorecer la cooperación entre empresas regionales, las compras públicas conjuntas y leyes comunitarias; así como crear un grupo de trabajo para avanzar hacia un sistema de financiamiento de los intercambios comerciales, que apunte a una futura integración monetaria, "cuando las condiciones macroeconómicas lo permitan".
Otro aspecto es que la Unasur pueda tener una idea común sobre "los principales desafíos globales" que presentarán al G20 Argentina, Brasil y México, como los únicos integrantes de la región en esa instancia. Igualmente con temas como la deuda externa y el financiamiento internacional para países de renta media.
De igual forma indican que se deben crear mecanismos que faciliten la colaboración en materia de seguridad pública ciudadana; políticas conjuntas para regular la acción de "los grandes monopolios tecnológicos"; acuerdos para promover programas de educación y capacitación permanente, especialmente en el área laboral "para enfrentar el reto de la digitalización".
Potenciar la Celac
La renovación de Unasur, dicen, también ayudaría a que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) tenga una mayor proyección. Además, podría integrarse como un mecanismo "perfectamente funcional" a la agenda continental.
"No se puede olvidar que la antigua Unasur fue decisiva en la creación de la Celac (...) La Nueva Unasur puede en consecuencia ser una fuerza que potencie la Celac tal cual está ha venido reconstituyéndose a partir del 2021", señalan.
En ese sentido, resaltan que la Celac se podría constituir "en el espacio privilegiado para definir una posición común de la región" en temas multilaterales como: cambio climático, transición energética, comercio, inversiones, financiamiento internacional, derechos
humanos, desarme, paz y seguridad, migraciones, narcotráfico y delincuencia organizada.
"La integración es hoy más necesaria que nunca" y "un esfuerzo significativo en esa dirección, permitiría alimentar un círculo virtuoso que fortalecería las instancias multilaterales y aportaría a un bien superior hoy día en peligro: la paz", agregan.
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