El conflicto ucraniano "es una guerra híbrida desatada y preparada por Occidente durante años", declaró este martes el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, durante una rueda de prensa en el marco de la cumbre del G20, que se celebra los días 15 y 16 de noviembre en la isla indonesia de Bali.
De acuerdo con Lavrov, la Unión Europea y la OTAN son desde hace tiempo participantes de esta guerra híbrida a través del suministro de armas y el entrenamiento de tropas, mientras que EE.UU. proporciona los datos inteligencia y participa en la selección de objetivos.
Señaló que la parte ucraniana "rechaza categóricamente cualquier negociación y plantea condiciones no realistas". Sin embargo, el canciller ruso subrayó que Moscú, por su parte, no rechaza las conversaciones, y añadió que el presidente francés Emmanuel Macron "confirmó su voluntad de continuar los contactos con [el presidente ruso Vladímir] Putin para encontrar una solución al conflicto".
Al mismo tiempo, el ministro afirmó que, durante las reuniones con los mandatarios de Francia y Alemania, les dijo que Kiev alarga la resolución del conflicto, frustrando el proceso de negociación. Añadió que Moscú "quiere ver evidencias de que Occidente está interesado en disciplinar" al presidente ucraniano, Vladímir Zelenski.
"Queremos ver evidencias concretas de que Occidente está seriamente interesado en disciplinar a Zelenski y explicarle que esto no puede seguir así, que no va en interés del pueblo ucraniano ni de él mismo", dijo Lavrov a los periodistas, comentando un artículo de Politico que recientemente citó a funcionarios de la Administración estadounidense no identificados, que afirmaban que el Departamento de Estado de EE.UU. estaba preparando en secreto el terreno para posibles conversaciones de paz.
También añadió que estos rumores de que "los estadounidenses supuestamente están preparando algunas conversaciones, siguen saliendo a la luz y con la misma facilidad desaparecen", por lo que Moscú "ya no reacciona a esto".
Lavrov también informó que el discurso de Zelenski en la cumbre se había grabado y duró 20 minutos, aunque a cada participante se le dieron unos 3 minutos.
Además, según el jefe de la diplomacia rusa, las declaraciones del mandatario ucraniano demuestran que no quiere "escuchar los consejos de Occidente" sobre conversaciones de paz. "Solo saqué una conclusión de su discurso: que no escucha los consejos de Occidente. No voy a enumerar todo lo que dijo. Hubo una retórica beligerante, rusófoba, agresiva. Pero lo mejor que caracteriza el contenido de su discurso y el estado de este hombre es una frase. Dijo que el desembarco de Normandía de los aliados en 1944 fue el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial. Saque sus propias conclusiones", declaró.