El presidente de Argentina, Alberto Fernández, retomó este martes su agenda en la cumbre del G20, que se celebra en la isla indonesia de Bali, y se reunió con su homólogo chino, Xi Jinping, después de suspender los encuentros tras sufrir una gastritis erosiva.
Según informó en un comunicado la oficina presidencial, Fernández decidió realizarse "los estudios de diagnóstico de rigor a fin de preservar su salud y evitar complicaciones".
Más tarde, la Unidad Médica de la Presidencia comunicó que al mandatario se le diagnosticó "una gastritis erosiva con signos de sangrado". "Recibió tratamiento, se encuentra en buen estado de salud y reanudará sus actividades con control médico", añadió el texto.
Fernández retomó después la agenda y se reunió durante cerca de 20 minutos con su par chino, como muestra el video publicado por la Casa Rosada en Twitter.
Este martes, el mandatario explicó a la prensa lo sucedido: "Tuve esta mañana una descompensación producto de una gastritis erosiva, que generó un sangrado que generó una baja de la presión muy importante. Para verificar exactamente el nivel de sangrado, nos trasladamos a un hospital de Bali al solo efecto de hacer una endoscopia".
Y continuó: "Cuando terminamos eso hicimos un ratito de tiempo para la reunión con Xi Jinping, donde definitivamente quería estar. Les agradezco a todos por la preocupación. Estoy bien, estoy trabajando bien".
Fernández tiene prevista una reunión con la directora general del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, con el objetivo de proponerle una reducción de las sobretasas que debe pagar el país sudamericano.
El presidente argentino viajó al G20 acompañado por el canciller Santiago Cafiero; el ministro de Economía, Sergio Massa; el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti y el embajador argentino en EE.UU. y sherpa del G20, Jorge Argüello.