Los ingenieros encargados de terminar de montar las piezas finales del hardware en el radiotelescopio solar Daocheng (DSRT, por sus siglas en inglés), en el borde de la meseta tibetana, en China, dieron por concluida la tarea el domingo pasado. Se trata del conjunto de radio telescopios más grande del mundo para estudiar las erupciones en la atmósfera exterior del Sol, comunicaron, este lunes, en Nature.
El enorme anillo de más de 3 km de perímetro consta de 313 antenas parabólicas de radio que serán puestas a prueba el próximo junio. El observatorio construido en los últimos tres años, a un costo de 14 millones de dólares, ayudará a los investigadores a estudiar cómo las erupciones solares afectan las condiciones alrededor de la Tierra."Estamos entrando en la era dorada de la astronomía solar, ya que tenemos muchos telescopios solares importantes en funcionamiento", dice María Kazachenko, física solar de la Universidad de Colorado, EE.UU.
En los próximos años el Sol entrará en una fase muy activa y los datos de radiofrecuencia que recopile el DSRT complementarán los recopilados por los telescopios que trabajan en otras bandas de frecuencia. Comentando las inversiones que en materia de estudio del Sol ha realizado China en los últimos años, Hui Tian, físico solar de la Universidad de Pekín, dijo que su país "ahora tiene instrumentos que pueden observar todos los niveles del Sol, desde su superficie hasta la atmósfera más externa".
Los radiotelescopios como el DSRT son útiles para estudiar actividades en la atmósfera superior del Sol, la corona, las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal (CME). Cuando las partículas de alta energía liberadas durante una CME se precipitan hacia la Tierra, el "clima espacial" resultante puede dañar los satélites en órbita e interrumpir las redes eléctricas en la Tierra. "Con un número cada vez mayor de satélites en el espacio, existe una necesidad cada vez mayor de pronosticar mejor el clima espacial", dice Ding Mingde, físico solar de la Universidad de Nanjing, China.
Según Jingye Yan, ingeniero jefe de DSRT, el nuevo radiotelescopio tiene un amplio campo de visión, al menos 36 veces más grande que el disco del Sol, lo que permitirá que el telescopio siga el desarrollo de las CME y observe cómo las partículas de alta energía se propagan a través del espacio. "Con esta información, podemos pronosticar si las eyecciones de masa coronal llegarán a la Tierra y cuándo", subrayó Yan.
Las antenas de DSRT tendrán una alta sensibilidad y capturarán señales más débiles de partículas de alta energía. Estas podrían pasar desapercibidas para otros conjuntos de radiotelescopios que observan en el mismo rango de frecuencia, de 150 megahercios a 450 megahercios, pero con menos antenas. Este sería el caso del radioheliógrafo de Nançay, en Francia, que tiene solamente 47 antenas, indicó Yan. También remarcó que los datos de observación de DSRT estarán disponibles para investigadores internacionales.
El Centro Nacional de Ciencias Espaciales de China, que supervisa la operación de DSRT, planea abrir el telescopio por la noche para otros tipos de observación, como la investigación de púlsares. En 2026, China espera tener listo un nuevo telescopio óptico que construye en la meseta tibetana en Sichuan.