El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, teme que se desate "un infierno en la tierra" en el norte de Kosovo si Pristina moviliza a sus fuerzas especiales policiales para obligar a los propietarios de autos con matrículas serbias a cambiarlas por placas kosovares.
En caso de que llegue a hacerlo, Belgrado "apoyará a su pueblo y los serbios defenderán sus hogares", dijo el domingo en una entrevista con Prva TV. Al ser preguntado sobre la posibilidad de que estalle un conflicto armado, el mandatario contestó que "espera que no ocurra", pero subrayó que eso ya no dependerá de su país, que ha hecho "todo lo que estuvo a su alcance para evitar" una escalada.
Los comentarios de Vucic se producen de cara a su reunión en Bruselas con el primer ministro kosovar, Albin Kurti, y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, donde se espera alcanzar una forma de superar la actual crisis, que el presidente serbio describió como "la situación más difícil de los últimos diez años".
Vucic, no obstante, no se muestra optimista con respecto a este encuentro, dado que Kurti no cumple con los compromisos asumidos por Kosovo en el marco del Tratado de Bruselas firmado en 2013. Este pacto "es válido para él solo en la parte que le gusta", aseveró el mandatario, subrayando que las matriculas no es el único problema.
En este contexto, mencionó también la negativa del primer ministro kosovar a formar la Unión de Municipios Serbios, así como la destitución de Nenad Djuric, el comandante de Policía responsable de una región del norte de Kosovo donde viven unos 50.000 serbios, después de que afirmara que sus oficiales no harían cumplir la ley de matrículas. "Iré a Bruselas para no darles una razón para acusar a Serbia de no querer participar", puntualizó.
A finales de julio, la situación en Kosovo se agravó debido a la decisión de Pristina de no dar validez a los documentos serbios y a las matrículas de autos expedidas por Belgrado. En octubre, el conflicto fue exacerbado por el ultimátum de las autoridades kosovares, que dieron de plazo hasta el 21 de noviembre a los automovilistas para sustituir las placas. El incumplimiento de la nueva normativa supone la imposición de multas a partir de este mes o incluso la confiscación de los vehículos que no hayan cambiado la matrícula serbia por una de Kosovo antes del 21 de abril de 2023.
En respuesta a esa decisión, múltiples empleados públicos de etnia serbia dimitieron a principios de noviembre de sus puestos en las administraciones municipales, el sistema judicial, la Policía, el Parlamento y el Gobierno de Kosovo.