El desmoronamiento de la bolsa FTX sigue causando estragos entre las principales criptodivisas, lo que afecta al criptomercado en general.
En particular, el precio del bitcóin, que el pasado mes de noviembre alcanzó su récord histórico, situándose por encima de los 69.000 dólares, ha perdido más del 3 % en las últimas 24 horas y esta jornada cotiza alrededor de los 16.000 dólares. Mientras, el ether se sitúa en unos 1.120 dólares por unidad, según datos del portal Coindesk.
En las últimas dos semanas el bitcóin y el ether se han contraído un 22,9 % y un 28,4 % respectivamente, según CoinGecko.
El hecho de que FTX deba 3.100 millones de dólares a sus principales acreedores extiende el temor a que se produzcan más derrumbes en el sector de activos digitales, destaca la agencia Bloomberg.
En particular, la empresa de servicios financieros enfocados en criptodivisas BlockFi, que el 11 de noviembre ya paralizó sus operaciones tras el colapso de FTX, podría ser la siguiente en desmoronarse. Fuentes informadas detallaron la semana pasada al medio estadounidense que BlockFi se prepara para declararse en quiebra en cuestión de días.
Falta de claridad regulatoria
Mientras, algunos expertos del sector alertan de la necesidad de acelerar el proceso de elaboración de una legislación que abarque la criptoesfera. "Los problemas de FTX son realmente un recordatorio urgente de la necesidad de claridad regulatoria y de un verdadero marco regulatorio para las criptomonedas", sostiene Christian Catalini, fundador de Cryptoeconomics Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.) en declaraciones a Bloomberg.
El analista acentúa que el alboroto y la especulación en torno a la minería y al intercambio de tókenes "ha generado una distracción enorme de la construcción de productos y servicios reales que llegan a los consumidores" y que "solucionan problemas reales".
Ante este panorama, una mezcla de "fracaso empresarial y posible criminalidad", junto con un desplome del 72 % a lo largo del año del indicador de los mejores 100 tókenes, el futuro de los activos digitales y la tecnología de cadena de bloques está en entredicho, resume Bloomberg.