Un equipo de científicos del Centro de Recursos del Parque Nacional de Yellowstone (EE.UU.) ha descubierto que los lobos infectados con el protozoo Toxoplasma gondii (T.gondii), que parasitan principalmente en felinos, tienden a convertirse en líderes de la manada y son más propensos a tomar decisiones arriesgadas. Los resultados del estudio fueron publicados esta semana en la revista Communications Biology.
Los investigadores, que realizaron sus observaciones entre 1995 y 2020 y analizaron muestras de sangre de 229 especímenes, concluyeron que los lobos contagiados con el parásito, que causa la enfermedad parasitaria toxoplasmosis, solían abandonar sus manadas antes que los sanos. Asimismo, registraron un aumento en sus niveles de dopamina y testosterona, lo que se traducía en un comportamiento más audaz.
En particular, los lobos infectados con toxoplasma tenían una probabilidad 11,69 veces mayor de emigrar y 46,06 veces mayor de enfrentarse al líder actual de la manada con el objetivo de encabezarla.
Asimismo, vieron que los machos enfermos eran un 50 % más propensos a abandonar el grupo durante los primeros seis meses de vida, cuando normalmente permanecen allí 21. Mientras, el parásito aumentaba en un 25 % este índice para las hembras que abandonaban sus manadas en un plazo de 30 meses, frente a los 48 habituales.
Por otra parte, los científicos constataron que la incidencia de las infecciones era más alta en áreas con una mayor densidad de pumas, que son los principales huéspedes de este parásito en el territorio del parque nacional. Los autores del estudio creen que los contagios podrían producirse debido a un contacto directo o indirecto entre los felinos y los caninos que conviven en el ecosistema común.
Asimismo, formularon la hipótesis de que la infección podría tener implicaciones para la población de los lobos, dado que los especímenes infectados podrían llevar a sus manadas a áreas donde viven pumas generando una transmisión más amplia de la infección.
- El protozoo parásito intracelular Toxoplasma gondii puede infectar casi a todos los animales de sangre caliente, así como a los humanos. Estudios previos sugieren que este microorganismo puede provocar un aumento del comportamiento errático o agresivo, reseña el portal Phys.org.