La participación de mujeres en las delegaciones del Gobierno colombiano y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el recién retomado proceso de diálogo es una forma de reconocimiento a las colombianas, que conforman la mitad de las víctimas de la violencia causada por el conflicto armado en el país.
Los nombres de las integrantes de la mesa negociadora no han estado exentos de polémica y de aclaratorias sobre las razones su participación en las conversaciones de Caracas, que se iniciaron la semana pasada en el Hotel Humboldt, situado en la cumbre del Parque Nacional Waraira Repano, a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar.
La mitad de la delegación gubernamental está compuesta por mujeres de diversos ámbitos de la política, el activismo y el periodismo. Del mismo modo, el grupo guerrillero también ha incluido a una importante participación femenina entre los negociadores y miembros de la mesa.
Cuatro mujeres
"Con el fin de ampliar la participación de la mujer en la Mesa de Diálogos de Paz con el ELN, el Gobierno Nacional ha decidido incorporar cuatro mujeres más a su equipo negociador", informó el Alto Comisionado para la Paz en un comunicado publicado en Twitter.
Las nuevas integrantes de la mesa negociadora son: Nigeria Rentería, Mabel Lara, Adelaida Jiménez y María Jimena Duzán, que se suman a la senadora María José Pizarro y a la lideresa indígena Dayana Paola Urzola Domicó.
Estas seis participantes del lado gubernamental corresponden a la mitad de los integrantes de esa delegación en las negociaciones.
La semana pasada, las partes anunciaron los tres primeros acuerdos alcanzados tras la reinstalación del diálogo en Caracas.
El diálogo entre el ELN y el Bogotá se retomó formalmente el pasado 21 de noviembre, después de las gestiones emprendidas en octubre para reanudar las conversaciones, tras la ruptura unilateral de la administración de Iván Duque, en enero de 2019.
Las mujeres y el conflicto armado
4,4 millones de mujeres han sido afectadas por el conflicto armado en Colombia, según cifras de la Unidad para las Víctimas.
La violencia en el país ha recaído principalmente sobre las mujeres indígenas, afrodescendientes y campesinas de zonas rurales donde los grupos armados se disputan el control de los territorios y de las economías ilícitas, recoge el Centro de Memoria Histórica.
Las víctimas han sufrido distintos tipos de violencia que van desde la agresión física, psicológica y sexual; el reclutamiento forzado; el desplazamiento; el uso como "botín de guerra" o con fines de control social. Del mismo modo, se han visto afectadas por la desintegración familiar producto de los asesinatos de sus hijos, padres, hermanos, parejas.
¿Quiénes son las nuevas caras de la delegación del Gobierno?
La abogada Nigeria Rentería es defensora de los derechos indígenas y de las minorías étnicas.
Fue alta consejera para la Equidad de la Mujer durante el Gobierno de Juan Manuel Santos y formó parte de la subcomisión de Género de la delegación gubernamental durante los diálogos de paz con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hasta 2014, cuando se retiró para centrarse en su candidatura a la gobernación del Chocó.
En declaraciones a Blu Radio recordó que es procedente de la región chocoana, "que ha sido muy azotada por el conflicto armado" y donde "las cosas no han cambiado mucho después de esa suscripción del acuerdo de paz con las FARC".
Manifestó que los espacios dejados por las FARC tras la firma del Acuerdo de paz "fueron llenados por otros actores y que el ELN se ha convertido en uno que ha estado permanentemente en el territorio".
"Yo soy una mujer negra, afrodescendiente. He venido trabajando en temas de paz, pero también el perfil mío es el de la justicia", agregó.
Para Rentería, es relevante la participación femenina y su "expectativa de cómo ayudar a solucionar las problemáticas de cada día".
La politóloga Mabel Lara es internacionalista y periodista con más de veinte años de trayectoria. Ha recibido los premios India Catalina y Simón Bolívar. Igualmente, fue galardonada como líder inspiradora 'First Generation' por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Suecia.
La teóloga Adelaida Jiménez es pastora presbiteriana y licenciada en Educación en la mención de Promoción Comunitaria. Además, pertenece al Consejo Mundial de Iglesias.
María Jimena Duzán es periodista y ha publicado varios libros sobre el conflicto armado. Fundó el programa de posgrado de periodismo en la Universidad de Los Andes.
En la columna titulada 'Mis razones para ir a Caracas', publicada en Cambio, Duzán aclara que conforma la mesa de negociación "no como parte del Gobierno, sino en representación de la sociedad civil".
La periodista reconoce en el escrito que aceptó integrar el equipo negociador por el interés del alto comisionado de paz, Danilo Rueda, de que "la mesa de Caracas no fuese solo de hombres", asevera.
"A pesar de que somos parte de la sociedad civil y de que hemos sido víctimas de muchas violencias por el hecho de ser mujeres, entre ellas el abuso sexual, la paz, o mejor, 'las paces' que hemos logrado, las han firmado los hombres", afirmó.
Según su escrito, se desconoce que muchas mujeres, que han "contribuido callada y silenciosamente tras bambalinas a los procesos de paz (…) han sido invisibilizadas por la historia".
Pizarro y Urzola
Los nombres de María José Pizarro y Dayana Paola Urzola Domicó, como miembros de la delegación gubernamental, se conocían con anterioridad.
Pizarro es una activista y senadora del Pacto Histórico. Es hija de Carlos Pizarro, máximo líder del movimiento guerrillero M-19, asesinado cuando era candidato presidencial en 1990, tras haber firmado la paz con el Gobierno.
La parlamentaria pasó años exiliada en Ecuador, Francia y España.
La congresista protagonizó un momento cargado de emoción cuando le puso la banda presidencial a Gustavo Petro durante la ceremonia de toma de posesión, luego de que el presidente del Senado, Roy Barreras, a quien le correspondía por protocolo, le pidiera que lo hiciera.
"Llamo ahora a una hija de la izquierda, a una hija de la historia, esa historia que fue interrumpida por las balas asesinas", dijo Barreras al convocarla al estrado para que formara para del acto oficial.
Por su parte, Urzola Domicó, lideresa del pueblo originario Embera Katio, es coordinadora Nacional de Jóvenes de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) desde 2016.
Mujeres del ELN
En la lista publicada por la Fiscalía colombiana sobre los integrantes del ELN que dialogan con el Gobierno y a quienes se les suspendió la orden de captura, las representantes femeninas son: María Consuelo Tapias, Silvana Guerrero e Isabel Torres, que ya había compuesto la anterior delegación de negociaciones, según Pares.
Además, se encuentran Vivian Henao, Cataleya Jiménez y Manuela Márquez.
María Consuelo Tapias ingresó al ELN entre finales de los ochenta y principios de los noventa. A partir del año 2000 fue asignada a las escuelas de formación de nuevos combatientes y se especializó en comunicaciones y sanidad.
Silvana Guerrero entró al ELN a finales de los años noventa. Estudió Ingeniería y fue maestra.
Polémica por Violeta Arango
La aparición de Violeta Arango ha generado polémica en Colombia. Esta joven estuvo en la instalación de la mesa de diálogo en Caracas y es gestora de paz, una figura que existe desde hace cinco años y que es de común acuerdo entre las partes.
En 2017, la Fiscalía colombiana emitió una orden de captura en su contra. La Justicia la señala de estar al frente del Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), que habría participado en el atentado con explosivos al Centro Comercial Andino, el 17 de junio de 2017. En el hecho murieron tres mujeres y nueve personas resultaron heridas.
El 9 de junio de este año, Arango Ramírez fue enviada a la cárcel, luego de haber sido capturada en un operativo policial y militar, tras cinco años sin que se supiera su paradero.
Se le imputaron los delitos de homicidio agravado, homicidio agravado tentado, terrorismo, concierto para delinquir y rebelión, de los cuales se declaró inocente.
El órgano de Justicia asegura que Arango Ramírez buscó protección en el frente Darío Ramírez Castro del ELN hasta que fue aprehendida.
En una entrevista del canal estatal venezolano VTV, Arango se definió como una "perseguida política" que ha buscado en el grupo guerrillero "un camino hacia la libertad". Aseveró que a pesar de "caer prisionera" en junio de este año, las partes decidieron que asumiera la gestoría de paz para aportar a la reconciliación.
En 2017, Arango escribió una carta, difundida por los medios, donde catalogaba la acusación en su contra como un "montaje de la Policía Nacional y Fiscalía". Además, la socióloga aseveró que la investigación del atentado se basaba "en inferencias amañadas, en datos inexactos y extraídos de contexto".
Para responder a los señalamientos en contra de la presencia de Arango en los acercamientos, al alto comisionado de Paz, Danilo Rueda, aclaró en un video institucional que la mujer sigue siendo investigada por la Justicia colombiana.
"La gestoría de paz no significa impunidad y, además de significar un gesto de confianza en esto que se está construyendo con el ELN, tiene un conjunto de responsabilidades que están siendo monitoreadas por las autoridades colombianas y por la oficina del alto comisionado de paz".
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