La fragata más avanzada de la Armada británica, el HMS Glasgow, de tipo 26, abandonó el 30 de noviembre su astillero en Glasgow y se dirige en un muelle flotante por el río Clyde para ser botada en el fiordo Loch Long, en la costa oeste de Escocia, informa UK Defence Journal.
Una vez en posición, el muelle se sumergirá lentamente durante varias horas hasta que el buque entre completamente en el agua. El barco de la Royal Navy regresará luego a la ciudad escocesa a otro astillero propiedad del fabricante de la nave, el gigante de la industria de defensa británica BAE Systems, donde será sometido a las siguientes etapas de equipamiento antes de completar sus pruebas y puesta en servicio.
El secretario de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, definió al HMS Glasgow como "el buque de guerra antisubmarino líder en el mundo".
Anteriormente, el primer ministro del país, Rishi Sunak, anunció la próxima fase del programa de fragatas antisubmarinas de tipo 26, de 6.000 toneladas de desplazamiento, que supone la construcción de cinco naves más, además de las tres que ya estaban en construcción en Glasgow.
A estos efectos, el Gobierno británico firmó un contrato por valor de 4.200 millones de libras esterlinas (4.900 millones de dólares) con BAE Systems, detalla Naval Technology. Según el programa, estas fragatas deberían estar construidas a mediados de la década de 2030.