Pedro Castillo, privado de libertad en Perú tras ser destituido por el Congreso de ese país, presentó formalmente su solicitud de asilo al Gobierno de México en una carta enviada en la madrugada de este jueves al presidente Andrés Manuel López Obrador.
La información fue confirmada por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien mostró el documento firmado por el abogado defensor de Castillo, Víctor Pérez Liendo, quien señala en la misiva que Castillo estaría siendo víctima de una "persecución infundada" por parte de los órganos de justicia de Perú, "que han tomado un carácter político en sus actuaciones".
Liendo además denuncia que la justicia peruana crea "un clima de indefensión extrema y de persecución permanente política de todo aquel que piensa diferente al grupo oligárquico que impera sobre todas las instituciones del país", como sucedió con su defendido.
El abogado también advertía que desde el miércoles no le habían permitido acceder a Castillo para atenderlo personalmente, por lo que su considera que defendido corre "grave riesgo" mientras está privado de libertad de manera "preliminar", como anunció el Poder Judicial peruano.
Liendo también denuncia que el sistema judicial peruano ha llegado a "tal extremo" que pretenden procesar a Castillo "por meros anuncios de voluntad o intención que no configuran ningún ilícito penal (a lo mucho actos preparatorios)".
Por su parte, el canciller Ebrard detalló que el embajador de México en Perú, Pablo Monroy, le informó este jueves desde Lima que pudo entrevistarse a las 13:20 horas con Castillo en el Centro Penitenciario donde está recluido. Allí "lo encontró bien físicamente" y ya estaba en compañía de su abogado.
"Castillo ha ratificado la solicitud de asilo recibida en la Embajada de México esta madrugada (2:00 am) misma que les anexo para conocimiento de la opinión pública", añadió el canciller mexicano, quien informó que su despacho ya inició las consultas ante las autoridades peruanas para atender la petición.
- La politóloga Alicia Zegarra comentó a RT que los últimos acontecimientos en Perú evidencian "el desgaste que ha habido en las relaciones" entre el poder Legislativo y Ejecutivo, "que lamentablemente han desgastado la figura y la institucionalidad presidencial", lo cual, en su opinión, "representa el riesgo mayor en todo este escenario".