Una guardia civil ha matado con un arma de fuego a sus dos hijas, de 9 y 11 años, y después se ha suicidado. Lo hechos ocurrieron este jueves en un cuartel de la fuerza de seguridad en el municipio de Quintana del Rey, en la provincia española de Cuenca.
Los servicios de emergencia se desplazaron al lugar tras el aviso de un compañero de la agente que, al comprobar que la mujer no se había presentado a su puesto de trabajo, se dirigió al pabellón de viviendas y allí encontró los tres cadáveres.
La mujer, de 42 años, se encontraba en trámites de divorcio de su marido, de quien ya estaba separada. No tenía antecedentes por baja psicológica y no poseía otras armas aparte de la reglamentaria, con la que habría llevado a cabo los asesinatos y su posterior suicidio, según recoge la Cadena Ser de fuentes de la Dirección General de la Guardia Civil.
La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil se encuentra al cargo de la investigación de los hechos, sobre los que se ha decretado el secreto de sumario.
Las primeras voces públicas en manifestarse han sido la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la consejera de Igualdad del Gobierno de Castilla-La Mancha, región en la que se ha producido el trágico suceso.
Montero se ha mostrado consternada en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter y ha enviado "todo el cariño" a la familia de las fallecidas. "La protección de la infancia ante todas las violencias debe ser una prioridad para toda la sociedad", ha concluido la ministra.
Por su parte, Fernández ha afirmado que "lo sucedido es lo más duro y cruel a lo que podemos asistir", además de calificarlo de "terrible" e "inexplicable". "No puede haber repulsa ni condena más contundente", ha dicho.
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