En 2023, el crecimiento de América Latina y el Caribe se desacelerará como consecuencia de las presiones inflacionarias, los diversos conflictos globales, las tensiones comerciales y la normalización de la actividades a nivel mundial, detalló este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La organización prevé que el próximo año el Producto Interno Bruto (PIB) de la región aumente 1,3 % de manera interanual, tres veces menos que el 3,7 % previsto para 2022. La mayor contracción se registraría en las naciones sudamericanas cuyo crecimiento proyectado es solo del 1 % para 2023. Mientras que la región de México y Centroamérica, así como la del Caribe experimentarían incrementos del 1,6% y 3,3%, respectivamente.
El Balance Preliminar que publica la CEPAL cada año explica que la desaceleración esperada para la región responde a diversos factores internacionales y domésticos. Uno de ellos es la inflación, que a pesar de que se pronostica que comenzará a ceder el próximo año, seguirá presionando a las economías de América Latina y el Caribe.
En junio de 2022, la inflación regional se situó en 8,4 %, su mayor nivel registrado desde 2005. El incremento de los precios ha sido mayor en los países de América del Sur, seguidos de México y Centroamérica y en menor medida por el Caribe.
Hacia octubre de 2022, el índice de precios ya había decrecido hasta los 6,8 puntos porcentuales, casi al mismo nivel de diciembre de 2021. En los próximos meses, se espera que continúe la reducción de las presiones a las autoridades monetarias de la región sobre las tasas de interés.
De acuerdo con José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, las decisiones de los países en materia de política monetaria, ante el aumento constante de la inflación, impactaron en la volatilidad financiera y los niveles de aversión a riesgos a escala mundial durante 2022, lo que ha resultado en una disminución de los flujos de capital hacia las economías emergentes, como las de la región.
Por otro lado, el conflicto en Ucrania también ha tenido un efecto en los precios de los alimentos y la energía a nivel global, lo que ha acentuado las tendencias inflacionarias. En tanto que la imposición de sanciones y restricciones comerciales y el impacto de la inflación sobre los tipos de cambio ya afectaron las exportaciones e importaciones de América Latina y el Caribe.
La CEPAL estima que en 2022 el comercio regional caerá 3,4% como resultado de un aumento del 14 % de los precios de las exportaciones y una alza del 18 % en los costos de las importaciones. Se espera que el próximo año los incrementos en los precios se desaceleren, pero también así la demanda mundial, después del auge registrado en el consumo global en 2021 tras la pandemia.
Entre los principales riesgos internos identificados por la organización se encuentran el incremento de las tasas de interés por parte de los bancos centrales y el alto nivel de endeudamiento de los Gobiernos, el cual, sin embargo, decreció en septiembre de 2022 al ubicarse en 51,2 % del PIB regional, un valor 1,9 puntos porcentuales menor al observado a finales de 2021.
A lo anterior se suman otras complejidades como la reducción observada del empleo formal y el aumento de la informalidad, que se posicionó en 48,8 % en los primeros seis meses de 2022, además del estancamiento o pérdida de los salarios reales y de caídas en los flujos de inversión.