Acusan a un reverendo jesuita de exigir sexo grupal a monjas
El superior general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, confirmó el miércoles pasado que el artista y sacerdote jesuita Marko Ivan Rupnik incurrió en la excomunión automática en 2019 por absolver a una mujer con la que había tenido relaciones sexuales. De esa situación estaba al tanto dicha orden religiosa a la que pertenece el papa Francisco, pero que reconoció hace poco.
Absolver en el sacramento de la confesión al cómplice en un pecado es uno de los delitos más graves para la Iglesia católica, indica AP.
El reverendo Sosa admitió la situación durante una sesión informativa con periodistas marcada por el escándalo en torno a Rupnik y la reticencia tanto del Vaticano como de los jesuitas a revelar el caso.
El escándalo estalló la semana pasada cuando los blogs italianos Silere non Possum, Left.it y Messa presentaron denuncias de abuso espiritual, psicológico y sexual contra Rupnik por parte de mujeres de la comunidad jesuita de su Eslovenia natal.
El caso de abuso sexual se amplió cuando una exmonja de 58 años reveló el domingo que sus quejas contra el sacerdote fueron ignoradas, al denunciar al periódico italiano Domani los presuntos abusos por parte de Rupnik.
Afirmó que el sacerdote, actualmente de 68 años, usó su control "psico-espiritual" hace unas tres décadas para tener relaciones sexuales, incluyendo sexo grupal y el visionado de películas pornográficas. En ese momento, Rupnik era director espiritual de un convento en Eslovenia. "Deberían haberlo detenido hace 30 años", sostuvo la mujer citada por Reuters.
En la entrevista con Domani, la exmonja describe su paso por el convento entre 1987 y 1994. Dijo que creía que Rupnik había abusado de hasta 20 mujeres, pero que las quejas a su superiora y al obispo de Eslovenia no fueron atendidas. Entre otras cosas, recordó que Rupnik les había pedido a ella y a otra monja que tuvieran sexo con él en trío.
Mientras tanto, la Compañía de Jesús emitió el 18 de diciembre un comunicado en el que los jesuitas "invitan a quien haya sufrido abusos a ponerse en contacto con ellos".
Rupnik es poco conocido fuera de la institución religiosa, pero muy estimado al interior de la orden jesuita y de la jerarquía católica porque es uno de los artistas más cotizados de la iglesia. Sus mosaicos con escenas bíblicas decoran la basílica de Lourdes en Francia, la capilla Redemptoris Mater del Vaticano, el instituto Juan Pablo II en Washington y adornarán la nueva basílica de Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil.