El vice primer ministro ruso, Alexánder Nóvak, dijo este viernes que Moscú planea prohibir todo envío de petróleo y productos derivados a los países que exijan en los contratos el cumplimiento de un tope de precios, según lo acordado recientemente por las naciones occidentales.
En respuesta a esa limitación del precio, el Gobierno se propone recortar la producción hasta reducirla en 5-7 % para principios de 2023, advirtió Nóvak. "Para principios del próximo año podemos tener una recorte de unos 500.000 a 700.000 barriles diarios", comentó en una entrevista con el canal Rossiya 24.
"Nuestra producción se ha estabilizado"
Nóvak se refirió en tal sentido a un decreto que el presidente, Vladímir Putin, podría firmar ya el próximo lunes o martes. También indicó que 2022 culminará con un aumento de 2 % en la producción por parte de Rusia, hasta 525 millones de toneladas, y de 5 % en productos derivados.
"Nuestra producción se ha estabilizado. Ha alcanzado el mismo nivel que teníamos en enero y en febrero. Es decir, se restableció el ligero descenso de marzo y abril. A día de hoy, la producción se mantiene estable. Las empresas han reconfigurado sus esquemas logísticos, han acordado los pagos", declaró.
Reorientación hacia nuevos mercados
Al agregar que solo se perjudican a sí mismos aquellos países que han apoyado la limitación de los precios del petróleo ruso, Nóvak aseguró que Moscú reorientará los suministros de sus recursos energéticos a los mercados de Asia-Pacífico, África y Latinoamérica.
"Se ha hecho un trabajo enorme, porque es la primera vez que las empresas se enfrentan a una situación así. Y, sin embargo, se realizó el trabajo necesario en relación con los nuevos esquemas, nuevas cadenas, nuevos mercados", afirmó.
El vice primer ministro aseveró que Rusia no tolera ningún tipo de sanciones a la industria energética, que, junto con los topes de precios, solo conducen al déficit y la inflación. El mercado mundial de petróleo se encuentra en equilibrio gracias a la decisión de la OPEP+ de recortar la producción en dos millones de barriles diarios, añadió.
- A principios de diciembre, los países del G7, la UE y Australia acordaron imponer un tope de 60 dólares por barril al precio del petróleo ruso. Los promotores de la medida pretendían "restringir la principal fuente de ingresos" de Rusia para su operativo militar en Ucrania, "preservando al mismo tiempo la estabilidad del suministro energético mundial", según indicó la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen.
- El Gobierno ruso ha calificado en reiteradas ocasiones la iniciativa occidental como una "medida antimercado" que "puede complicar considerablemente la situación en los mercados energéticos mundiales", y ya advirtió que "no planea suministrar" petróleo a los países y compañías que se unan a la limitación de su precio.