La Unión Europea tendrá que cambiar su foco de los combustibles fósiles a minerales clave para la economía limpia mientras que la guerra global y el conflicto en Ucrania han puesto de relieve los peligros de la dependencia energética de los países que se encuentran fuera del bloque occidental.
Este enfoque requerirá que Europa invierta 5,3 billones de dólares hasta 2050 en nuevos proyectos de generación de energía limpia, principalmente solares y eólicos para cortar la dependencia de hidrocarburos, informa Reuters citando estimaciones de BloombergNEF.
Para conseguir sus metas, el continente europeo deberá incrementar seis veces la producción de cobre, litio, grafito, níquel y metales de tierras raras para 2040, evalúa la Agencia Internacional de la Energía. Con China dominando el procesamiento y Rusia suministrando una parte significativa estos recursos, Europa, que importa entre el 75 % y el 100 % de la mayoría de los metales, se encuentra en una situación vulnerable, señala el reporte.
Las soluciones a este problema incluyen lanzar proyectos de extracción en los países amigos, en el territorio del continente e impulsar proyectos de reciclaje. Los fabricantes automotrices ya han profundizado asociaciones con minas y han invertido directamente en proyectos mineros este año. Por ejemplo, General Motors compró una participación en la australiana Queensland Pacific Metals para obtener níquel y cobalto que necesita para la fabricación de autos eléctricos.
Europa no mina ni una onza de litio, metal clave en la fabricación de baterías, y EE.UU. satisface solo el 2 % de la demanda global. Aunque se prevé abrir una mina de litio en Finlandia en 2025 y otra en Francia tres años más tarde, el Viejo Continente podrá satisfacer solo el 40 % de su esperada demanda de carbonato de litio para 2030 si todos sus proyectos locales se concretan. Los escollos en esta dirección incluyen la potencial oposición de los ambientalistas y la posibilidad de que se formen cárteles en el sector, advierte Reuters.
Por lo tanto, la mejor opción para las naciones occidentales es reciclar metales de instrumentos y dispositivos ya utilizados. Actualmente, Europa recicla el 17 % de las baterías producidas globalmente y podría aumentar esta proporción hasta el 48 % para el año 2025. Sin embargo, la agencia destaca que el proceso de reciclaje es costoso.