Hace 60 años, en plena Guerra Fría, la denominada 'crisis de los misiles' puso al mundo al borde una guerra nuclear. EE.UU. estaba dispuesto a todo para que la Unión Soviética retirara los cohetes instalados en territorio cubano. RT tuvo la oportunidad de hablar con el general y exjefe de la Inteligencia cubana Fabián Escalante, que conoce de primera mano este acontecimiento histórico, sus causas y repercusiones.
Escalante, que tenía 21 años en aquel entonces, recuerda que la Crisis de Octubre, como se conoce en la isla, "es el resultado de la agresión continuada de EE.UU. a Cuba". Todo empieza a finales de mayo de 1962, cuando una delegación soviética llega a La Habana por encargo de Nikita Jruschov para compartir la información sobre los planes de invasión que tenía Washington.
Asimismo, los delegados soviéticos plantearon que la instalación de misiles nucleares en Cuba podía ser una fuerza disuasiva contra la amenaza estadounidense.
"La respuesta de Fidel Castro fue taxativa", indica Escalante. El líder cubano resaltó que la isla no necesitaba de esas armas para defenderse, puesto que ya habían derrotado a las tropas de EE.UU. en los enfrentamientos en playa Girón, en la margen oriental de la bahía de Cochinos. Sin embargo, Castro accedió a la instalación de los misiles siempre y cuando esta mejorara la correlación de fuerzas entre la URSS, EE.UU. y Europa occidental, destaca el general.
De igual forma, el exjefe de Inteligencia sugiere que las lecciones que dejó la Crisis de Octubre no han sido aprendidas. "Los grandes imperios hasta que no son derrotados no dejan de ser agresivos", indicó.