El reciente anuncio de la ganancia neta de energía en una reacción de fusión nuclear, realizado por expertos de EE.UU., constituyó un hito científico. Se obtuvieron 3,15 megajulios de energía al invertir 2,05 megajulios en el láser que activó el plasma en el confinamiento inercial. Ahora los científicos intentarán hacerlo mejor perfeccionando el láser más grande del mundo, alojado en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, que fue escenario del 'núcleo warp' de la nave estelar Enterprise, en la película 'Star Trek: En la oscuridad', informó Bloomberg, el pasado miércoles.
Fusionar átomos
El equipo probablemente realizará en febrero su próxima prueba para aumentar la cantidad de energía que se produce en la reacción. Con ese objetivo, se espera que el láser gigante pueda entregar aproximadamente un 8 % más de energía que en el disparo de este mes, según Jean-Michel Di Nicola, ingeniero jefe del láser de la Instalación Nacional de Ignición.
Michael Stadermann, gerente del programa de fabricación de objetivos, dijo que el laboratorio también está desarrollando un programa de computadora que puede examinar las cubiertas de las cápsulas de combustible en busca de fallas mucho más rápido que los humanos. También están trabajando con el fabricante de cápsulas para mejorar el proceso de fabricación.
"Necesitamos averiguar: ¿Podemos hacerlo más simple? ¿Podemos hacer que este proceso sea más fácil y más repetible? ¿Podemos comenzar a hacerlo más de una vez al día?" dijo Kim Budil, directora del laboratorio Lawrence Livermore. "Cada uno de estos retos es un increíble desafío científico y de ingeniería para nosotros", subrayó.
Un hito fruto de la precisión
El éxito de la fusión se logró cuando el láser disparó 192 rayos en tres pulsos cuidadosamente modulados de un cilindro que contenía una diminuta cápsula de diamante llena de hidrógeno. "Puedes trabajar toda tu carrera y nunca ver este momento. Lo estás haciendo porque crees en el destino y te gusta el desafío", dijo Arthur Pak, jefe de diagnóstico en el experimento. "Cuando los seres humanos se unen y trabajan colectivamente, podemos hacer cosas asombrosas", comentó.
Gran parte del triunfo se debió a la precisión. Todas las cápsulas de combustible contienen imperfecciones diminutas que pueden marcar una diferencia significativa en cómo procede la reacción. También puede hacerlo el hidrógeno congelado en el interior, una mezcla de los isótopos deuterio y tritio. El equipo optimizó cada una de las variables experimentales con el objetivo de aumentar las posibilidades de éxito.
A pesar de todos los logros, el enfoque de contrapartida, denominado confinamiento magnético, podría eventualmente ser el método de fusión que consiga imponerse, proporcionando al mundo abundante energía limpia. "Pueden aprender de nosotros, podemos aprender de ellos", dijo Pak, de 40 años. "Cuando sea un anciano, estaré muy satisfecho con mis contribuciones".