La organización de derechos humanos Abuelas de Plaza de Mayo anunció hoy la restitución del nieto 132 de los, alrededor de, 500 que comenzaron a buscar durante la última dictadura militar (1976-1983), ya que fueron robados por los represores.
"Seguimos celebrando la vida", afirmó Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas, durante la conferencia de prensa en la que dio a conocer los pormenores de este caso junto con el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, quien fue el nieto recuperado número 75.
El nieto 132 se llama Juan José Morales y su mamá es Mercedes del Valle Morales, quien fue víctima de desaparición forzada en 1976. Ambos son de Tucumán, una provincia ubicada en el norte del país.
"Siempre tuve dudas de mi identidad", afirmó Juan al participar vía teléfono celular en un anuncio en el que las Abuelas y otros nietos recuperados le dieron la bienvenida a esta nueva etapa de su vida.
El nieto 132 inició la búsqueda de su identidad en 2004, cuando sus hermanos de crianza le contaron que no era su hermano de sangre.
Luego de la investigación documental y gracias a los estudios de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), en 2008 Juan pudo constatar que su verdadera madre era Mercedes, quien fue secuestrada junto con parte de su familia el 20 de mayo de 1976.
Ella tenía 21 años y Juan apenas nueve meses de edad.
Un largo camino
Luego de conocer su filiación materna, el nieto dejó su perfil genético en el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), con la ilusión de encontrar algún día los restos de su madre.
Tiempo después, el equipo logró identificar el cuerpo de Mercedes en el Cementerio Norte de Tucumán. El nieto realizó entonces una ceremonia para despedirla. También inició contacto con su familia materna.
Empezó, además, la búsqueda de su padre.
Para confirmar que había sido víctima de apropiación, primero debía demostrarse que el hombre que lo anotó y crio no era su verdadero papá. Como ya había muerto, el cuerpo tuvo que exhumarse. La comparación genética fue negativa.
Por eso, la mañana de este miércoles el Juzgado Federal de Tucumán le informó a Juan que no es hijo de quien lo crio y confirmó que, efectivamente, fue víctima de sustracción, ocultamiento y sustitución de identidad en el marco del terrorismo de Estado.
"Hoy lo abrazamos como nuestro nieto 132, y como un rompecabezas que nunca se termina de completar. Se inicia un nuevo camino para poder dar con su verdadero padre", señaló el organismo en un comunicado.
"A pesar del dolor que trae cada una de estas historias, junto a la constatación de la trabajosa tarea que sigue siendo reconstruir lo que la dictadura quiso borrar, seguimos celebrando la vida con la alegría que nos da la conquista de la verdad. Por un 2023 con más encuentros, con más verdades e identidades", agregó.
La historia
La larga pelea de las Abuelas comenzó en 1976, cuando en plena dictadura militar varias mujeres se organizaron para buscar a sus nietos nacidos en las cárceles clandestinas, o que habían sido robados siendo bebés o niños.
En las charlas que mantenían en comisarías y despachos de funcionarios, estas mujeres descubrieron que tenían una historia en común, ya que sus hijas estaban embarazadas cuando fueron secuestradas y, después de parir, les quitaron a sus hijos.
El macabro plan que caracterizó la última dictadura argentina permitía que las jóvenes fueran asesinadas y que sus hijos terminaran adoptados de manera ilegal por los propios represores o entregados a otras familias que desconocían su procedencia.
Los militares justificaron los robos de alrededor de 500 bebés con el argumento de que si los devolvían a sus verdaderas familias se convertirían en revolucionarios o "enemigos del régimen", como consideraban a sus padres.
Sin embargo, gracias a Abuelas de Plaza de Mayo, 132 nietos y nietas ya recuperaron su verdadera identidad y se han sumado a la búsqueda de los cientos a los que sus verdaderas familias todavía esperan.