El jefe de Policía de Moscow, EE.UU., que dirige la investigación de la masacre de cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho, se disculpó este sábado por la falta de transparencia durante las primeras etapas de las pesquisas del caso, ocurrido en noviembre.
James Fry, citado por NBC, cree que si las autoridades hubieran actuado con más claridad se podría haber reducido la ansiedad y el miedo de los ciudadanos. El uniformado enfatizó que un enfoque más transparente hubiera dado mayor seguridad a la población de que la Policía estaba trabajando en el caso.
Sus declaraciones se produjeron un mes y medio después de que cuatro estudiantes universitarios fueran asesinados a puñaladas en sus camas. Las autoridades fueron fuertemente criticadas por la lentitud de la investigación y por enviar mensajes contradictorios sobre el caso.
Detención de un sospechoso
En tanto, este viernes se detuvo a un sospechoso en un municipio de Pensilvania, a más de 4.000 kilómetros del lugar del crimen. Se trata de Bryan Christopher Kohberger, un estudiante de doctorado en el Departamento de Justicia Penal y Criminología de la Universidad Estatal de Washington, situada no lejos de la Universidad de Idaho.
Tras comparar su ADN con el material genético recuperado durante la investigación, los investigadores consideran que Kohberger irrumpió en la casa de los estudiantes "con la intención de cometer un asesinato". Kohberger enfrenta cuatro cargos por asesinato en primer grado y uno por allanamiento de morada.
Además de la evidencia genética, la Policía también supo que el sospechoso tenía un Hyundai Elantra blanco, el mismo que los agentes creen que se encontraba en la zona de la casa de los jóvenes cuando ocurrieron los asesinatos.
"Realmente creemos que tenemos al individuo que cometió estos crímenes", aseveró Fry, descartando de momento que el sospechoso tuviera algún cómplice a la hora de cometer los crímenes.
El pasado 13 de noviembre una persona llamó a emergencias para alertar que alguien estaba inconsciente en el campus. Cuando la Policía llegó al lugar, encontró cuatro cuerpos sin vida en sus respectivos dormitorios, todos con varias puñaladas. Algunos parecían haber sido atacados mientras dormían, mientras que otros se habrían defendido. No se encontraron signos de agresión sexual.
Las víctimas fueron identificadas como Ethan Chapin, de 20 años, Madison Mogen de 21, Xana Kernodle de 20 y Kaylee Goncalves de 21.