Investigadores liderados por la Universidad de Washington, EE.UU., determinaron que la carga parasitaria de una gran población de peces disminuyó en un lapso de 140 años debido al calentamiento global. El estudio se realizó en Puget Sound, el segundo mayor estuario del territorio continental de los Estados Unidos, y abarcó datos recabados entre 1880 y 2019. Los científicos recopilaron el conjunto de datos más amplio y extenso del mundo sobre la abundancia de parásitos en la vida silvestre. Sus resultados sugieren que los parásitos pueden ser especialmente vulnerables a un clima cambiante, comunicaron este lunes.
"La gente generalmente piensa que el cambio climático hará que los parásitos prosperen, que veremos un aumento en los brotes parasitarios a medida que el mundo se calienta", comentó la autora principal, Chelsea Wood, profesora de la UW. "Para algunas especies eso puede ser cierto, pero los parásitos dependen de quienes los hospedan, y eso los hace particularmente vulnerables en un mundo cambiante donde se reorganiza el destino de los anfitriones".
Diferentes ciclos de vida y calentamiento global
Los ciclos de vida de los diferentes parásitos varían según el número de especies anfitrionas que requieren para mantenerse. Mientras que algunos tienen una sola especie hospedante, muchos otros se desplazan en su ciclo vital entre varias especies anfitrionas. De esta forma, los huevos pueden estar depositados en una determinada especie, las larvas emergen e infectan a otro anfitrión y el adulto puede alcanzar la madurez en un tercer hospedante, antes de poner a su vez huevos.
El estudio se centró en ocho especies de peces que son comunes en las colecciones preservadas. En los que estaban conservados en líquido, el equipo contó un total de 17.259 parásitos, de 85 tipos, en 699 especímenes de peces. Más de la mitad de las especies de parásitos identificadas en los peces de Puget Sound dependen de tres o más especies hospedantes durante su ciclo de vida. El análisis mostró que de 10 especies de parásitos que habían desaparecido por completo en 1980, nueve dependían de tres o más huéspedes.
La variable que mejor explicó la extinción de esos parásitos fue la temperatura de la superficie del mar, que en Puget Sound aumentó 1 grado Celsius entre 1950 y 2019. La tasa de disminución de los parásitos fue de 38 % por cada incremento de 1°C. El estudio fue publicado este lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Razones para preocuparse
El resultado es una noticia preocupante para los ecosistemas, plantea Wood. "Nuestros resultados muestran que los parásitos con una o dos especies de huéspedes se mantuvieron bastante estables, pero aquellos que requerían tres o más huéspedes colapsaron", explicó. "El grado de declive fue severo. Esto desencadenaría iniciativas de conservación si ocurriera en los tipos de especies que le importan a la gente, como los mamíferos o las aves", subrayó.
"Nuestro resultado llama la atención sobre el hecho de que las especies parásitas podrían estar en peligro real", agregó Wood. "Y eso podría significar cosas malas para nosotros: no solo menos gusanos, sino menos servicios ecosistémicos impulsados por parásitos de los que hemos llegado a depender", concluyó. Los parásitos desempeñan un papel importante en las redes alimentarias.