El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, despidió a 40 militares que vigilaban la residencia presidencial, el Palacio de la Alvorada, como parte de una "revisión profunda" de personal que prometió después de los ataques del 8 de enero de este año. La medida ya fue publicada en el Diario Oficial de la Unión.
Los manifestantes invadieron y vandalizaron el Palacio de Planalto (la sede presidencial), el Congreso y la Corte Suprema, pocos días después de que Lula da Silva llegara al poder.