La Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, se opone a reducir el límite de los precios del petróleo ruso, a pesar de los llamamientos de algunos países europeos para "recortar aún más los ingresos de Moscú", reportó este jueves Bloomberg, remitiéndose a personas familiarizadas con el asunto.
Un informante sostiene que EE.UU. quiere esperar a que el G7 establezca el mes que viene restricciones adicionales a los precios de los combustibles refinados rusos, como el gasóleo, antes de reevaluar el precio del crudo, ya que Washington cree que las restricciones interactuarán.
Se prevé que los debates sobre la revisión de precios comiencen la próxima semana en la UE, escribe la agencia.
A principios de diciembre, los países del G7, la UE y Australia acordaron imponer un tope de 60 dólares por barril al precio del petróleo ruso transportado por mar. Si bien algunos miembros de la UE, sobre todo Polonia y Estonia, insistían en un límite inferior para reducir los ingresos de Moscú, otros Estados se inclinaron por un nivel más alto por temor a las consecuencias para sus economías.
Sin embargo, el precio medio del crudo ruso Urals se situó en 46,82 dólares por barril en el periodo entre el 15 de diciembre de 2022 y el 14 de enero de 2023, según datos del Ministerio de Finanzas de Rusia.
Por su parte, desde Rusia declararon que no suministrarán petróleo y productos derivados a los países que exijan en los contratos el cumplimiento del tope de precios acordado a principios del pasado diciembre. Así, el 27 de diciembre, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó el decreto que prohíbe vender crudo a las naciones que se han sumado a la medida. El documento entrará en vigor el 1 de febrero de 2023.