La grave crisis política que atraviesa Perú formó parte del debate durante la cumbre de mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se desarrolló en Buenos Aires, Argentina. Fueron varios los representantes, de los 33 países que asisten en total, que pidieron la liberación del destituido expresidente Pedro Castillo, quien se encuentra detenido, acusado de rebelión y conspiración.
También hubo pedidos para que se adelanten en Perú las elecciones cuanto antes, y se oyeron voces en contra de la represión que ha causado más de 60 muertes en el marco de las protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó las violaciones a los derechos humanos en las jornadas de protesta que se desarrollan en todo el territorio peruano y que se concentran en Lima, la capital.
"No podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana República del Perú, con el gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quienes debieran defenderlas", señaló Boric. Y lamentó que "más de 50 personas han perdido la vida".
"Eso nos debería escandalizar. Es inaceptable también que las universidades de América revivan las tristes escenas de los tiempos de las dictaduras del Cono Sur, como sucedió recientemente con el violento ingreso de la policía a la Universidad de San Marcos", continuó el mandatario chileno, al tiempo que señaló "la imperiosa necesidad de un cambio de rumbo en el Perú".
"El saldo que ha dejado el camino de la represión y la violencia es inaceptable para quienes defendemos, y no me cabe duda que acá en Celac esa voluntad es abrumadoramente mayoritaria, la democracia y los derechos humanos", expresó.
Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien no asistió a la cumbre, pidió en un video enviado a los asistentes que se incluya en el comunicado final la petición de libertad para el expresidente peruano Pedro Castillo, por considerar "una infamia" su destitución y posterior arresto.
El jefe de Estado mexicano dijo que no se pueden tolerar en la región "golpes de Estado, ni militares ni técnicos". Solicitó además el cese de la represión contra la población peruana y la celebración de "elecciones limpias y libres".
"No debemos dejar solo al pueblo hermano del Perú. Fue una infamia lo que hicieron con Pedro Castillo y la forma en que están reprimiendo al pueblo. Hay que suscribir conjuntamente un comunicado para exigir que cese la represión, que se abra el diálogo, que sea el pueblo el que decida en democracia", dijo.
"No al autoritarismo. Y libertad para Pedro Castillo, porque está injustamente encarcelado", añadió el mandatario, quien ofreció asilo político al expresidente peruano cuando fue depuesto por el Congreso, el pasado 7 de diciembre.
México estuvo representado por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, un hombre de "absoluta confianza" de López Obrador, quien se excusó de comparecer por tener "bastante trabajo" en su país. En su discurso, Ebrard resaltó el pedido de liberación de Castillo.
En concordancia con ese reclamo se expresó el mandatario colombiano, Gustavo Petro, quien se refirió a la situación política de Perú aunque sin mencionarla expresamente: "¿Por qué tiene que haber golpes parlamentarios y violentos? ¿Por qué presidentes elegidos popularmente hoy están presos, cuando deberían estar en esta mesa?", señaló.
"Es hora de que el sistema interamericano, puesto al orden del siglo XXI, permita que aquí haya un pacto democrático en donde las derechas y las izquierdas no crean que cuando llegan al poder es para eliminar a su contrincante físicamente", manifestó. Y añadió que en América Latina "no tiene que haber un solo preso político".
A su turno, la jefa de Estado de Honduras, Xiomara Castro, declaró: "La derecha no descansa. Cínicamente habla de desarrollo y planifica golpes de Estado. A través de su maquinaria mediática, el boicot económico y la persecución política, el 'lawfare' (guerra judicial), mantiene una agresión permanente contra nuestros pueblos".
La esposa del expresidente Manuel Zelaya, quien fue depuesto por un golpe de Estado en 2009, afirmó que "frente al fracaso de la OEA" (Organización de Estados Americanos), hoy la Celac "es más necesaria que nunca". "Solo unidos podemos blindarnos ante los ataques feroces del neofascismo, que pretende imponer los intereses egoístas de las grandes potencias económicas", manifestó.
El presidente Alberto Fernández, anfitrión del encuentro regional, no hizo referencia directa al caso de Perú, pero manifestó que las democracias de la región "están en riesgo" debido a la presencia de "sectores de ultraderecha que se han puesto de pie y amenazan a nuestros pueblos".
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