La compañía SpaceX, dirigida por el empresario Elon Musk, completó exitosamente este lunes su primer intento de cargar un cohete Starship con alrededor de 4.500 toneladas (10 millones de libras) de propelentes. La nave y sus propulsores, completamente integrados, se encontraban suspendidos verticalmente en la torre de lanzamiento, informó la empresa.
SpaceX manifestó que los controladores de la misión ensayaron la cuenta regresiva sin llegar al encendido de los motores. Los ingenieros también verificaron el rendimiento de la Starship y la plataforma orbital para operaciones similares a las de un lanzamiento.
CNBC informó que el examen se realizó en las instalaciones de Starbase de SpaceX en Boca Chica, Texas, donde el Starship fue cargado con una mezcla de metano líquido y propelentes de oxígeno. Este llamado 'ensayo general húmedo' sería la antesala para una prueba de encendido estático y un próximo lanzamiento orbital, en lo que sería su vuelo inaugural.
Pruebas como esta constituyen una fase crítica durante el desarrollo del nuevo vehículo espacial de combustible líquido para demostrar que se puede llenar de manera segura antes de un lanzamiento. También se utilizan para verificar los pasos de una cuenta regresiva.
Musk manifestó en un tuit, a principios de este mes, que la compañía tiene "una oportunidad real a finales de febrero" de realizar la prueba de encendido estático de su megacohete y que "un intento de lanzamiento en marzo parece muy probable". Según CNBC, la NASA también necesita del éxito de SpaceX, pues el programa espacial Artemis requerirá de los servicios de la empresa para sus misiones lunares. Si el programa Artemis se desarrolla según el plan, EE.UU. podrá volver a la Luna en el 2025 o 2026.