La Comisión Europea presentó una iniciativa destinada a revertir el declive de la desaparición de los polinizadores silvestres mediante un plan con objetivos a largo plazo para 2030 y acciones que deberían aplicarse a corto y medio plazo.
El plan, presentado este martes por el Ejecutivo europeo, urge mejorar la conservación de los polinizadores, especialmente las abejas, mariposas y sírfidos, debido a su alarmante disminución, implementando unas denominadas 'líneas de zumbido', unos tramos de hábitats que formarían una infraestructura conectada a través del paisaje, atravesando diferentes regiones biogeográficas y administrativas.
"Estos corredores ecológicos (…) permitirían a las especies desplazarse en busca de alimentos, refugio y lugares de nidificación y cría", señala el texto, explicando que estos caminos se comportarían como rutas migratorias para las especies afectadas por el cambio climático, apoyando así su adaptación.
Consecuencias ecológicas y económicas
Según advierten las autoridades europeas, el declive de los insectos polinizadores supone una amenaza tanto para el bienestar humano como para la naturaleza, ya que puede influir negativamente en la biodiversidad y socavar la productividad agrícola a largo plazo, intensificando aún más la tendencia decreciente influida por diferentes factores, incluyendo la actual situación geopolítica por el conflicto en Ucrania.
"Una de cada diez especies de abejas y mariposas, y una de cada tres especies de sírfidos, están en peligro de extinción", apunta el texto, alertando de que la existencia de alrededor de cuatro de cada cinco especies de plantas de cultivo y flores silvestres en Europa dependen, en cierta medida, de la polinización animal suministrada por miles de especies de insectos.
Además, este servicio ecosistémico influye de forma notable en la economía, dado que su contribución a la producción agrícola de la UE se estima al menos 5.000 millones de euros al año (aproximadamente 5.400 millones de dólares estadounidenses).
Principales amenazas y medidas
Las principales amenazas a las que se enfrentan los polinizadores silvestres, según el informe, son la urbanización, la agricultura intensiva y el uso de plaguicidas, además de las especies exóticas invasoras y el cambio climático. Por ello, reitera la necesidad de proteger a estas especies en las políticas agrícolas europeas, en particular, de los plaguicidas, considerados uno de los factores primordiales de su declive.
En ese sentido, la Comisión Europea propone prohibir el uso de plaguicidas en zonas sensibles, incluyendo las zonas protegidas para la conservación de la naturaleza, así como aquellas que albergan polinizadores en peligro de extinción.
Además, insta a realizar inversiones económicas a favor de los polinizadores en diferentes fondos, tales como la Política Agrícola Común (PAC), los fondos de la política de cohesión y el programa LIFE. Asimismo, solicita a los Estados miembros de la UE "facilitar enérgicamente la cooperación transfronteriza" con este fin.
Por otro lado, el Ejecutivo europeo también realiza un fuerte llamado a la sociedad, defendiendo que los científicos, responsables políticos, ciudadanos, agricultores y empresas deben ser partícipes del plan para hacer frente a las amenazas que sufren los polinizadores. Asimismo, subraya que el problema no es solo de Europa, por lo que la iniciativa debe encuadrarse en un esfuerzo internacional para invertir esta tendencia negativa a nivel mundial.