El primer presidente ruso Borís Yeltsin consideraba a Ucrania como el mayor factor desestabilizador para Rusia ya en 1992, cuando se reunió con su entonces homólogo estadounidense George Bush, según un documento desclasificado.
Se trata de un memorándum de la conversación que tuvo lugar el 1 de febrero de aquel año en Camp David, durante la primera visita de Yeltsin en su cargo a EE.UU.
Discutiendo las relaciones con las antiguas repúblicas soviéticas, recién convertidas en nuevos Estados, donde permanecían armas nucleares, Yeltsin resaltó sus "buenas relaciones" con el entonces presidente ucraniano Leonid Kravchuk y al mismo tiempo reconoció la presión de fuerzas ultranacionalistas que experimentó su homólogo.
"Hay 11 millones de rusos étnicos en Ucrania. Viven en el este en la frontera con Rusia y están la mayoría en Crimea. Podrían votar para unirse a Rusia. Así que no creo que Ucrania vaya a dar ningún giro brusco debido a este hecho. Esto es extraoficial: nuestro principal factor desestabilizador es Ucrania", afirmó el presidente ruso en aquel entonces, según la transcripción publicada por la organización Archivo Nacional de Seguridad.
La organización no gubernamental también publicó varios otros documentos, incluida la transcripción de otra conversación entre los presidentes, una carta de Yeltsin a Bush, cables diplomáticos, así como la reunión entre Bush y el líder de las reformas liberales en Rusia, el ex vice primer ministro Yegor Gaidar.
Este último reconoció, durante su visita a Washington en abril del mismo año, las tensiones que crecían entre la parte occidental y la oriental de Ucrania, así como los problemas con el idioma ruso en el país. Además, señaló que tomará tiempo establecer relaciones estrechas y excluyó la posibilidad de un "caso de tipo yugoslavo" en las relaciones ruso-ucranianas.
Tras el golpe de Estado en Kiev en 2014, la península de Crimea votó a favor de la reunificación con Rusia en un referéndum. Al mismo tiempo, un conflicto armado estalló en el este de Ucrania donde Kiev trató de suprimir dos regiones de Donbass que no reconocieron a los golpistas. Más adelante, en febrero de 2022, Rusia lanzó una operación militar especial para poner fin a los ataques en la zona y desmilitarizar a Ucrania, apoyada por Occidente.