Connecticut busca exonerar a personas acusadas de brujería siglos después de la primera ejecución
Legisladores del estado de Connecticut (EE.UU.) están considerando ofrecer exoneraciones póstumas a mujeres y hombres acusados de brujería 375 años después de la primera ejecución, que tuvo lugar décadas antes de los juicios de brujas de Salem en Massachusetts.
En los últimos años, a medida que más estadounidenses descubren sus vínculos con las víctimas, historiadores aficionados, investigadores y descendientes piden que las autoridades ofrezcan exoneraciones póstumas para limpiar los nombres de las personas falsamente acusadas de brujería. Contrario a la creencia popular, estos hechos no fueron exclusivos de Massachusetts o de EE.UU.
La representante de Connecticut, Jane Garibay, junto al senador Saud Anwar, propusieron el martes un proyecto de ley que permita las exoneraciones después de recibir cartas de familiares de octava y novena generación de personas involucradas en juicios de brujas en el estado, informa AP.
"Están hablando de cómo esto ha perseguido a sus familias de generación en generación y que les encantaría que alguien simplemente dijera: 'Oye, esto estuvo mal'", comentó Garibay sobre las peticiones que recibió. "Y para mí, eso es algo fácil de hacer si le da paz a la gente", agregó.
Los juicios de brujas en el estado ocurrieron entre 1647, cuando Alse Young se convirtió en la primera persona en ser asesinada en la horca, y 1697. Durante ese periodo 34 personas fueron acusadas y 11 ejecutadas. La última ejecución tuvo lugar en 1663 en la localidad de Hartford, según el Proyecto de Exoneración del Juicio de Brujas de Connecticut.
En la región de Nueva Inglaterra la brujería se consideraba un delito capital y cualquier persona declarada culpable de esta práctica era condenada a muerte. Muchas mujeres ejecutadas eran madres solteras pobres.
El año pasado, legisladores de Massachusetts exoneraron formalmente a Elizabeth Johnson Jr., declarada culpable de brujería en 1693 y sentenciada a muerte, aunque en realidad nunca fue ejecutada. Johnson, que era soltera y sin hijos, no tuvo descendientes que actuaran en su nombre. Pero un grupo de alumnos de la escuela secundaria North Andover se interesó por su caso e investigaron los pasos legislativos necesarios para limpiar su nombre.