El secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, no descartó la posibilidad de que su país suministre aviones de combate a Ucrania, pero advirtió que "no existe una varita mágica" que pueda ayudar a Kiev, informa Reuters.
En una conferencia de prensa este jueves, Wallace dijo estar abierto a estudiar el envío de "todo tipo de sistemas, no solo cazas", pero "esas cosas no siempre suceden de la noche a la mañana". El ministro aclaró que incluso si "mañana" Londres anunciara el envío de los aviones, tomaría "meses" entrenar a los pilotos ucranianos.
Según Wallace, lo que Kiev necesita en este momento es fortalecer sus fuerzas terrestres para "hacer retroceder a las tropas rusas". En este sentido reveló que el 6 de febrero los militares ucranianos comenzarán el entrenamiento para operar los tanques británicos Challenger 2.
El deseo y objetivo de Londres
Por su parte, el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, dijo que Londres está en contacto permanente con Kiev en cuanto a la ayuda militar. "Nuestro deseo y objetivo es que Ucrania gane este conflicto", reiteró Sunak, señalando que junto con otros países aliados coordinan las acciones para "garantizar que [los ucranianos] puedan salir victoriosos".
Las discusiones en torno a la posibilidad de enviar aviones de combate a Kiev cobraron impulso a nivel oficial después del compromiso de varios países de la OTAN a dotar al Ejército ucraniano de tanques. Pese a la creciente presión del régimen de Kiev para que les suministren cazas, el mandatario de EE.UU., Joe Biden, ha rechazado de momento la opción. No obstante, recientemente se informó que un grupo de oficiales del Pentágono está presionando para que Washington transfiera cazas F-16 a Ucrania.
Algunos Estados miembros de la OTAN, como Polonia, están dispuestos a entregar sus aviones F-16. El mandatario de Francia, Emmanuel Macron, tampoco descartó el envío de aeronaves de combate galas, mientras que el canciller de Alemania, Olaf Scholz, manifestó que su país no baraja una iniciativa similar.
Por su parte, Rusia advirtió que los países de la OTAN están "jugando con fuego" y que cualquier suministro de armas se convertirá en su objetivo legítimo. Además, enfatizó que el constante envío de armamento y asistencia militar por parte de Occidente no contribuye a unas posibles negociaciones de paz.