Las autoridades de EE.UU. estaban al tanto desde el 28 de enero que el globo aerostático chino había ingresado en el espacio aéreo estadounidense, pero decidieron mantenerlo cuidadosamente en secreto, informa Bloomberg.
Funcionarios anónimos familiarizados con el asunto indicaron que la decisión de callar se debió al viaje de alto nivel planificado por el secretario de Estado, Antony Blinken, a China para reunirse con el presidente de ese país, Xi Jinping.
Según las fuentes, el globo ya había abandonado el espacio aéreo de EE.UU., pero a principios de esta semana volvió a entrar por el norte del estado de Idaho hasta llegar a Montana, imposibilitando que su presencia en el cielo pueda seguir manteniéndose en secreto.
Para cuando el objeto se hizo visible para el público, el presidente Joe Biden ya había sido informado y la Casa Blanca estaba analizando la posibilidad de derribarlo. La gravedad del asunto se vio exacerbada por el hecho de que en Montana se encuentra la base aérea Malmstrom, que alberga una gran parte de los misiles balísticos intercontinentales Minuteman III.