En España crece la polémica en torno a la construcción de los trenes financiados por un fondo de la Unión Europea. Hace unos días se dio a conocer que los nuevos convoyes destinados a dos regiones del norte del país eran demasiado grandes para poder pasar por los túneles de la zona.
Las comunidades autónomas de Cantabria y Asturias sufren un retraso de tres años en la puesta en marcha de 31 nuevos trenes de cercanías. El problema reside en que, debido a una confusión entre el operador ferroviario y el fabricante sobre las dimensiones máximas de altura y ancho de los trenes, las máquinas diseñadas no caben en los túneles.
Además, hay constantes problemas y accidentes en la red ferroviaria de estas zonas del país, ya que sus trenes son viejos. Las autoridades de Cantabria recalcan que la situación ferroviaria es nefasta, mientras que el presidente autonómico recuerda que el tren entre las ciudades de Santander y Bilbao circulaba más rápido hace 60 años que en la actualidad.
En este sentido, los ciudadanos de la zona se preguntan cómo puede ser que un proyecto que ha costado casi 260 millones de euros (unos 275 millones de dólares) pueda contener este tipo de errores
El equipo de RT habló con varios residentes locales que sufren el mal estado del servicio.
"Me parece una mala gestión de dinero público, que suele ocurrir con más frecuencia de lo que nos gustaría aquí en España", dijo uno de los entrevistados.
"Lo que hay que hacer es adaptar los túneles a los nuevos trenes y no seguir viviendo en una comunidad autónoma del Cretáceo", declaró otro vecino.
Mientras tanto, el escándalo ha llegado a la UE: el Banco Europeo de Inversiones tiene, por un lado, la intención de revisar el préstamo de 150 millones de euros concedido al operador ferroviario Renfe para la compra de los trenes, y por otro lado, investigar si el retraso está justificado.
Por su parte, el Gobierno español asegura que las máquinas no están construidas todavía y que aún no se ha gastado nada del presupuesto.