La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU. (NTSB, por sus siglas en inglés) resolvió el misterio de por qué no se encontró a nadie detrás del volante de un Tesla que se estrelló en Texas en abril del 2021, matando a dos personas que viajaban en el vehículo.
Según se desprende de la investigación publicada este miércoles, el accidente ocurrió debido al exceso de velocidad y la falta de control del automóvil debido a la intoxicación del conductor por alcohol.
Se precisa que el conductor estaba en su asiento en el momento del siniestro, pero se trasladó a la parte trasera después del choque contra unos árboles.
Mientras tanto, se determinó que el régimen de autoconducción del Tesla no podría ser utilizado en el momento del accidente debido a la falta de líneas de carril y el exceso de velocidad: el límite para usar este régimen es de 50 km/h, mientras que el Tesla accidentando alcanzó los 108 km/h justo antes de chocar contra el segundo de dos árboles.
Además, el informe subraya que el conductor presentaba un nivel alcoholemia elevado, que casi duplicaba el límite legal en Texas. En su sangre también se encontraron rastros de antihistamínicos sedantes. Dados estos factores, el conductor no pudo manejar el vehículo adecuadamente, lo que llevó a que se saliera de la carretera, chocara, produciéndose el posterior incendio de las baterías de iones de litio.