La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) anunció que mantiene de manera parcial hasta el 6 de mayo los corredores aéreos para permitir la salida voluntaria de mineros ilegales de Tierra Indígena Yanomami, en la región amazónica, informó Globo News.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva –que decretó el 20 de enero el estado de emergencia por la crisis sanitaria y de seguridad que sufren los indígenas yanomamis a causa de los buscadores de oro ilegales– ordenó cerrar el espacio aéreo en la región para combatir el 'garimpo (minería)'.
Sin embargo, los vuelos se liberaron después para garantizar una salida ordenada de los mineros y el plazo debía terminar este lunes. Desde la semana pasada, miles de personas intentan abandonar la región ante el temor de ser detenidos.
Se calcula que unos 20.000 mineros operan ilegalmente en esta reserva amazónica del tamaño de Portugal. La presencia del 'garimpo', que se fortaleció durante el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, provocó una profunda crisis sanitaria entre los casi 30.000 indígenas, ya que para sus actividades extractivas usan mercurio que contamina ríos y propaga enfermedades, que muchas veces terminan siendo letales para los nativos.
"Pacífica y tranquila"
Este fin de semana, el Ejecutivo autorizó la entrada en tierra indígena de embarcaciones para que los mineros puedan marcharse. La decisión se tomó después de que se descubriese una mina ilegal a menos de 15 kilómetros de donde vive un grupo de indígenas aislados.
"Es el momento de permitir esta salida para que sea pacífica, tranquila, sin agresiones y de manera que podamos dejar el territorio libre de una vez por todas, devolver la dignidad al pueblo yanomami y preservar la vida de los pueblos aislados", aseveró la ministra de Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara.
La Tierra Indígena Yanomami, la mayor reserva nativa de Brasil, está distribuida entre el estado de Amazonas y Roraima. Allí viven unos 29.000 pobladores originarios en aproximadamente 350 comunidades yanomami, ye'kwana y varios grupos aislados.
En las operaciones, que se llevan a cabo desde la semana pasada, la Policía Federal y la Fuerza Nacional destruyeron avionetas, helicópteros, excavadoras y varias estructuras de apoyo logístico para los mineros, entre otras cosas.
La labor de los uniformados, según la Policía, se centra en golpear la infraestructura que usan los mineros, como pistas de aterrizaje o maquinaria, y en la búsqueda de pruebas de sus prácticas criminales.
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