La Casa Blanca rechazó este lunes las especulaciones de indicios de actividad extraterrestre relacionada con los objetos aéreos derribados los últimos días en EE.UU., sin embargo, afirmó que suponían una amenaza "muy real" para el tráfico aéreo civil.
"No hay indicios de alienígenas o actividad extraterrestre con estos recientes derribos", aseguró la secretaria de prensa Karine Jean-Pierre en una rueda de prensa. "Era importante que lo dijéramos desde aquí, porque hemos oído hablar mucho de ello", agregó.
Por su parte, el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, señaló que las autoridades todavía están tratando de obtener más información sobre el origen y propósito de los objetos, agregando que es posible que no haya nada nefasto en los mismos, y que podrían estar relacionados con una empresa privada o una institución de investigación.
Además, informó que el presidente Joe Biden ordenó la formación de un equipo de inteligencia para estudiar "las implicaciones políticas más amplias para la detección, análisis y eliminación de objetos aéreos no identificados que planteen riesgos para la seguridad o la protección" en medio de las acusaciones sobre globos a gran altitud entre Washington y Pekín.
"El presidente también dio instrucciones a la comunidad de inteligencia para que examine en profundidad el fenómeno de los objetos aéreos no identificados", añadió Kirby, agregando que los tres objetos derribados durante el fin de semana no enviaban señales de comunicación, no llevaban personas en su interior ni tenían capacidad de maniobra o propulsión y "no había motivos para sospechar" que estuvieran siendo utilizados con fines de vigilancia. Sin embargo, no descartó la posibilidad.
Según el portavoz de Seguridad Nacional, estos objetos difieren del globo aerostático chino derribado a principios de febrero, ya que volaban a menor altura y eran notablemente más pequeños.
Cuatro incidentes en un mes
El Ejército estadounidense derribó recientemente tres objetos aéreos distintos, aproximadamente una semana después de que las Fuerzas Armadas derribaran un globo aerostático chino frente a la costa de Carolina del Sur tras haber sobrevolado parte del país durante varios días. Según Washington, se trataba de una aeronave "espía", pero Pekín refutó las acusaciones.
Funcionarios de la Administración Biden han proporcionado detalles limitados sobre los tres objetos derribados durante el fin de semana. El viernes, Estados Unidos derribó un objeto a unos 12.200 metros sobre el espacio aéreo de Alaska al considerarlo una "amenaza razonable" para la seguridad de los vuelos civiles.
El sábado, los militares neutralizaron otro objeto cilíndrico no identificado sobre el territorio el territorio de Yukón, en el noreste de Canadá.
Mientras, el domingo, el Ejército estadounidense derribó un objeto que volaba a una altitud de seis kilómetros sobre el lago Hurón, ubicado en la frontera entre EE.UU. y Canadá.
El docente de derecho constitucional Arturo Gallegos opina que Washington tiene una experiencia exitosa de manipular la opinión pública ante el bajo nivel de periodismo que tiene el país. Sin embargo, asegura que los aliados occidentales de Washington ya han perdido la confianza en las declaraciones de la Casa Blanca.
Arturo Gallegos, docente de derecho constitucional en la Universidad Friedrich-Schiller de Alemania, sostiene que persiste "la misma lógica de la confrontación a varios niveles que lleva EE.UU. con China, sobre todo desde la Administración Obama, donde se volteó a ver de nuevo al Pacífico como una zona conflictiva".
Hablando con RT, Gallegos destacó "un constante aumento en la retórica agresiva" contra el gigante asiático, convirtiéndolo "en el nuevo chivo expiatorio de todos los males y calamidades que puedan ocurrir" en Norteamérica.