El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, declaró este lunes que los cuatro objetos voladores derribados los últimos días sobre Norteamérica –incluido uno que fue abatido este sábado por el comando del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD, por sus siglas en inglés) mientras sobrevolaba el territorio canadiense de Yukón– están interconectados de alguna manera.
"Obviamente hay algún tipo de patrón allí", afirmó Trudeau en una conferencia de prensa, citado por Reuters. "El hecho de que estemos viendo esto en un grado significativo en la última semana es una causa de interés y atención cercana", agregó.
El mandatario también señaló que los trabajos de búsqueda y recuperación del artefacto derribado sobre Yukón estaban en marcha a pesar de los desafíos planteados por el clima invernal.
Asimismo, tachó la presencia de esos objetos en el espacio aéreo norteamericano de una "situación muy grave", que el líder canadiense planea abordar con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante su reunión prevista para marzo.
Al ser preguntado por qué Canadá no derribó por sí misma el aparato detectado sobre Yukón, Trudeau respondió que el NORAD es un mando conjunto que opera sobre Norteamérica.
"Hubo aviones de combate canadienses y estadounidenses que se movilizaron para interceptar el objeto y derribarlo", explicó el primer ministro. "No nos centramos en qué parte se lleva el mérito de qué", añadió.
Objetos voladores derribados sobre Norteamérica
Desde inicios de febrero se han derribado cuatro objetos voladores sobre territorios estadounidense y canadiense.
En cuanto al globo chino, abatido el pasado 4 de febrero cerca de las costas del estado de Carolina del Sur, Washington aseguró que se trataba de un aparato de espionaje, al tiempo que Pekín comunicó que la aeronave era de naturaleza civil y, tras despegar del país asiático, "se desvió mucho de su ruta prevista", debido a los fuertes vientos y su capacidad limitada de autodirección.
Sin embargo, todavía no está claro el origen de los otros tres. La semana pasada, se derribaron objetos voladores no identificados sobre Alaska, Canadá y el lago Hurón, ubicado en la frontera entre EE.UU. y Canadá. Desde el Departamento de Defensa estadounidense indicaron que, según sus estimaciones, los objetos representaban "un peligro para la seguridad de los vuelos y una amenaza debido a sus potenciales capacidades de vigilancia".