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Polémica en Cataluña por el fichaje del PP a un ex de Vox cazado haciendo el saludo nazi
En la formación conservadora se están produciendo un goteo de bajas de afiliados debido a la imposición de candidatos para los comicios municipales de mayo desde la dirección nacional.
El conservador Partido Popular de Cataluña protagoniza una nueva polémica tras el anuncio del fichaje de Carlos Cortizo, quien fuera cabeza de lista por la formación de extrema derecha Vox en el municipio de El Prat de Llobregat, y que ahora ha pasado a ser afiliado del espacio político en el distrito barcelonés de Nou Barris.
En su día Cortizo fue muy criticado después de que trascendieran imágenes suyas, publicadas por medios antifascistas, sujetando una bandera española preconstitucional, del periodo de la dictadura franquista, y realizando el saludo fascista con el brazo en alto.
A pesar de que su fichaje fue anunciado por el presidente y portavoz del PP en el citado distrito barcelonés, Javier Barreña, con una publicación en su cuenta personal de Instagram (propiedad de Meta, calificada como organización extremista en Rusia), lo cierto es que Cortizo mantiene en su perfil de Twitter una fotografía de la plana mayor de Vox y la descripción "Prensa VOX Barcelona".
De hecho, su última publicación en esa red social, de febrero del año pasado, es un retuit de un artículo de un medio catalán con la descripción: "VOX, único partido en disposición de disputarle la victoria al PSOE ante el desplome del PP, según electomanía".
Lucha interna detrás de la crisis popular en Cataluña
En las últimas semana se está produciendo una pérdida de afiliados populares en Cataluña debido, principalmente, a la política de imposición de cabezas de lista de cara a las próximas elecciones municipales, el próximo 28 de mayo.
En esta dinámica, se han sustituido a varios de los fieles del presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, por otras personas, algunas miembros de Vox. Detrás se encontraría una lucha de poder interna y la intención del líder popular a nivel nacional, Alberto Núñez Feijóo, de sustituir a Fernández por Dolors Montserrat, actual eurodiputada y una figura de su confianza.
La decisión de que sean los órganos del partido a nivel provincial y nacional quienes decidan los números uno de cara a las elecciones, no ha sentado bien. El primer incidente se conoció en la ciudad de Tarragona, una de las cuatro capitales provinciales catalanas, donde se decidió imponer a María Mercé Martorell, que había abandonado el partido en 2007 precisamente por divergencias con Fernández.
Días después, en Granollers, se impuso a José María Moya por delante del líder de la formación en esta ciudad, Jaime Gelada. Como consecuencia, el bloque de la dirección local del PP presentó su dimisión.
Algo similar sucedió en Alella, donde la presidenta del partido, María José de Aguilar, también presentó su baja tanto de su cargo orgánico como de su afiliación al partido.
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