Miembros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México han realizado asombrosos descubrimientos en la zona arqueológica de Ek Balam, situada en el estado de Yucatán. Entre los objetos hallados se encuentran esculturas del rey maya Ukit Kan Lek Tok, textos jeroglíficos, pinturas, murales, tapas de bóveda, vasijas, elementos decorativos, ornamentos y vasos.
"Los textos jeroglíficos mayas son invaluables porque nos brindan mucha información sobre la vida de Ukit Kan Lek Tok y el reino que forjó en Ek Balam", explicó a la agencia EFE Leticia Vargas de la Peña, investigadora del INAH que participa en los trabajos de excavación desde hace casi tres décadas.
Desde el pasado 5 de diciembre los expertos están estudiando el palacio del antiguo monarca. Las labores arqueológicas han arrojado más información sobre su reinado, por ejemplo, que Ek Balam llegó a ser una potencia económica y política.
"Lugar sagrado"
"Es un lugar sagrado del arte, ya que su rey trajo a los mejores artesanos de otros lugares para pintar, escribir, producir objetos de uso cotidiano pero muy especiales", comentó Vargas de la Peña. "Pero aún falta mucho por conocer: apenas registramos un 65 % de avance en las investigaciones en todo el lugar", añadió.
Asimismo, indicó que la cámara mortuoria de Ukit Kan Lek Tok contenía una rica ofrenda de más de 13.000 piezas y estaba cubierta por una tapa de la bóveda en la que el monarca aparece representado como el dios del maíz. Además, en la tumba encontraron un fémur humano colocado en el pecho del antiguo rey, cuya inscripción revela que pertenecía a su padre, un sacerdote sin linaje.
Por otro lado, la investigadora detalló que en otro enorme glifo encontrado cerca del lugar se resalta la dinastía de la "Señora sagrada", madre de Ukit Kan Let Tok que vivió durante el siglo VIII d. C.
El arqueólogo Víctor Castillo Borges afirmó que las recientes labores de investigación y excavación —en las que también participa— han revelado que Ek Balam "es un sitio increíble con información histórica recabada en los jeroglíficos". "Permite tejer su historia con [los sitios arqueológicos de] Cobá, Chichén Itzá y Kulubá", concluyó.